sábado, 26 de diciembre de 2015

Londres express (VI)

CUARTO Y ULTIMO DIA: DE COMPRAS POR PORTOBELLO MARKET Y LOS GRANDES ALMACENES HARRODS. 

Casi sin darnos cuenta, amanecimos con el último día de nuestras mini-vacaciones. Nos entristecía saber que la aventura londinense estaba a punto de terminar pero, afortunadamente, aún nos quedaban algunas horas más para disfrutar de la ciudad antes de tomar el avión que nos traería de vuelta a casa y a nuestra rutina diaria.


PORTOBELLO MARKET


Conforme al plan que teníamos previsto, aprovechando la circunstancia de que era sábado y de que el tiempo nos acompañaba, nos encaminamos hacia uno de los mercados al aire libre más famosos de Londres, Portobello Market, un lugar famoso por su ambiente bohemio y que parecía perfecto para encontrar algunos souvenirs que nos habían quedado pendientes (...ains... siempre dejando las cosas para el último minuto).

Portobello Market se encuentra situado en el popular barrio de Notting Hill, al oeste de Londres, una zona con mucha personalidad caracterizada, además de por su famoso mercado, por la mezcolanza de sus casitas pintadas en tonos pastel con sus preciosos edificios de estilo victoriano. No obstante y a pesar de que su apariencia actual es más bien "pija", en los años 50 y 60 Notting Hill era considerado un barrio peligroso. En esa época muchos inmigrantes provenientes del Caribe se habían alojado en esta zona tras la Segunda Guerra Mundial, lo que con el paso del tiempo llevó a violentos episodios de tensión racial. Hoy ese pasado ha contribuido seguramente al carácter cosmopolita, multicultural y auténtico de este barrio tan encantador.

Si sois observadores os habréis dado cuenta de que el mercado de Portobello se ubica muy cerca de Kesington Gardens y Hyde Park, por lo que si disponéis de más tiempo del que teníamos nosotros y os cuadra bien, tenéis la interesante opción de combinar ambas visitas. Para más información pinchad AQUI.

A la hora de organizaros, es importante también tener en cuenta que el mercado de Portobello se encuentra en su máximo apogeo los sábados por la mañana, que es cuando podréis encontrar un mayor número y variedad de puestos callejeros. Para consultar los horarios y el tipo de productos que os esperan allí lo mejor es que le echéis un vistazo a su página web, donde aparece detallado todo lo que se vende cada día de la semana y los lugares exactos en los que se encuentran cada uno de los artículos. En cualquier caso es recomendable que os acerquéis a la zona antes de las 16.00h o 17.00h, ya que a partir de ese momento muchos de los comerciantes empiezan a recoger sus bártulos para irse a casa. No os arriesguéis!

Si bien el mercado de Portobello es sobre todo famoso por sus puestos de venta de antigüedades (se dice que es el mercado de antigüedades más grande del mundo), la realidad cierta es que en él podéis encontrar muchos más artículos tales como joyas, obras de artesanía, prendas de vestir, accesorios... y, por supuesto, puestos de comida para todo tipo de paladares (ñam ñam)

By Josep Renalias (Own work) [CC BY-SA 3.0
via Wikimedia Commons

La ruta más típica para recorrer el mercado es la que parte de Notting Hill Gate, sigue por Pembridge Road hasta Portobello Road y finaliza en la zona de Landbroke Grove. Además de los puestecillos, a lo largo del recorrido os tropezaréis con numerosas tiendas de segunda mano y también con muchas "charity shops", establecimientos que gozan de una gran popularidad en los países anglosajones. Para los que no tengáis ni idea de inglés, aclararos que "charity shops" significa literalmente "tiendas de caridad". En realidad, se trata de una clase especial de tiendas de segunda mano en las que se ofertan productos donados generalmente por los vecinos del barrio a un precio muy bajo (por no decir irrisorio). Sus empleados suelen ser voluntarios y los beneficios obtenidos se destinan a proyectos sociales o a la organización benéfica que las patrocina y que suele dar nombre al establecimiento.

Perderse por el camino resulta bastante complicado, ya que tan solo hay que seguir la marea humana de gente como en una peregrinación a Jerusalén. De hecho, el paseo me pareció por momentos un poco agobiante y al final nos tuvimos que marchar sin comprar nada porque no podía soportar tanta humanidad (lo siento, cada cual tiene sus manías). 

En cualquier caso, eso no significa que no supiera apreciar la esencia del barrio y su innegable encanto. Algunos lugares a destacar...

*The Notting Hill Bookshop, 13-15 Blenheim Crescent. Se trata de la librería en la que se inspiró la película de Notting Hill para recrear el negocio regentado por el personaje interpretado por Hugh Grant. En sus proximidades tenemos también otra librería curiosa para los fans de "Masterchef" (o de "Pesadilla en la cocina" según lo hábil que sea cada uno): la divertida Books for cooks.

*Holland Park. Uno de los parques más románticos y tranquilos del oeste de Londres. Si no vais a combinar vuestra visita de Portobello Market con Kesington Gardens/Hyde Park y el clima os lo permite, este parque puede ser una buena opción para finalizar vuestro paseo por Portobello con un picnic al aire libre. En su interior podréis encontrar dos jardines japoneses (el Jardín de Kyoto y el Jardín Memorial de Fukushima), un juego gigante de ajedrez y el precioso edificio tipo invernadero de la orangery, empleado actualmente para la celebración de bodas y otros eventos sociales.

*Portobello Antique Dealers Association. Si os interesan las antigüedades no dejéis de parar en este establecimiento donde os proporcionarán mapas del mercado y toda la información necesaria para vuestras compras. Si estáis interesados en adquirir algún tipo de artículo en particular os sugiero que entréis en la página web y pinchéis en el botón "dealers". En la columna de la izquierda os aparecerán todos y cada uno de los productos que podéis adquirir y los lugares donde podréis encontrarlos.

*Tiendas retro. Entre ellas destacaría Rellik (moda), Rough Trade (discos, vinilos y libros), What Katie did (lencería, corsets), One of a kind (moda para bolsillos pudientes) y Pili & Mili o Appletree Boutique (para presupuestos más ajustados).

*Algunas charity shops. Entre las más populares: Fara, Oxfam (de estas hay varias por la zona) o Trinity Hospice Charity Shop.





LOS GRANDES ALMACENES HARRODS


Siguiendo con nuestro día de compras, después de Portobello Market tocaba realizar una pequeña incursión en los archiconocidos Almacenes Harrods situados en los números 87-135 de Brompton Road. Nosotros nos organizamos así por conveniencia, pero una buena opción sería combinar la visita a Harrods con un recorrido por Kesington Gardens y Hyde Park o con las visitas del Museo de Historia Natural o del Museo de Alberto y Victoria. Para más información podéis pinchar AQUI.



Debo reconocer que nunca he sido muy partidaria de "visitar" centros comerciales durante las vacaciones, pero no cabe duda de que, además de un lujoso centro comercial, Harrods se ha convertido en todo un icono de la ciudad de Londres y que ningún mal nos podía hacer echarle una ojeada. 
Mientras nuestro Corte Inglés patrio nos inunda con su lema "si no queda satisfecho le devolvemos su dinero", Harrods utiliza como gancho inscrito en su fachada su "omnia ómnibus ubique"  (=todo para todo el mundo en todas partes). Ello ha puesto al centro comercial en más de un aprieto cuando se ha visto obligado a satisfacer las extravagantes peticiones de sus clientes más adinerados, por lo que no es de extrañar que los ingleses presuman de que en Harrods puede encontrarse desde un elefante hasta un alfiler.

Por cierto, Harrods ya no pertenece al magnate Mohamed Al Fayed desde el año 2010, fecha en la que el negocio fue vendido a la familia real de Qatar. Algunos creen que el centro comercial ha perdido bastante con el cambio de manos y, en mi caso, he de reconocer que me he sentido un poco decepcionada al comprobar que el departamento de fósiles y minerales del que guardaba gratos recuerdos de mis anteriores visitas ha desaparecido :(

Imprescindible montar en sus escaleras mecánicas de estilo egipcio y visitar su tienda de souvenirs (segunda planta, bonita de ver pero carísima!!!). Si vais con niños en fechas navideñas y no andáis mal de pasta, no dejéis pasar la oportunidad de visitar la gruta de navidad (previa reserva, pvp.10 libras aprox., cuarta planta). Otro lugar muy visitado por los turistas, aunque de dudoso gusto, es el memorial de Diana y Dodi Al Fayed situado al pie de la escalera egipcia (sótano). Si deseáis descargar un plano del establecimiento podéis pinchar AQUI y presionar en el botón "View Store Guide".


En fin amiguitos, ha llegado el momento de despedirnos de nuestra entretenida aventura londinense. Espero no haberos aburrido demasiado y que este pequeño diario os haya servido de ayuda si estáis planeando un viaje a Londres o que, por lo menos, os haya animado poderosamente a que lo hagáis. Creo honestamente que es una ciudad que merece la pena recorrer y visitar y que, además, va ganando puntos conforme la vas conociendo en profundidad (o al menos eso es lo que me sucedió a mi). 


Aunque ha sido nuestro primer diario de Londres, espero sinceramente que no sea el último porque, si hay algo que es evidente, es que esta ciudad aún tiene muchos secretos por descubrir...

Hasta pronto viajer@s! Os esperamos en nuestro próximo viaje!



domingo, 13 de diciembre de 2015

Londres Express (VI)

DIA 3: PLAN DE LA TARDE: EL MUSEO BRITÁNICO



Tras nuestra incursión en St. Stephen´s Tavern, conseguí convencer a Abel para acercarnos a la estación de King´s Cross antes de nuestra visita al Museo Británico. Algunos os preguntaréis qué es lo que puede haber de interés en una estación de ferrocarriles para que una se empeñe en ir hasta allí a toda costa. Los que me conocéis es posible que ya imaginéis el motivo... jeje 

Llegó el momento de confesaros algo. Soy una de esas frikis flipadas con el mundo imaginario de Harry Potter y no podía dejar pasar la oportunidad de sacarme una fotito en el andén 9 y 3/4 de King Cross con mi carrito y con mi lechuza :) A los legos en la materia explicaros que este andén es el lugar en el que, según las novelas de JK Rowling, los estudiantes de magia tomaban el tren para acudir a la escuela de Hogwarths. Para acceder a él, los alumnos debían atravesar la pared a la carrera con sus carritos y demás material escolar confiando en no darse una buena toña contra el muro (hay que tener en cuenta que el andén 9 y 3/4 es un lugar oculto y no apto para muggles)

Yeiiiiiiiii...

Para los que sois tan frikis como yo o simplemente viajáis con niños, deciros que el andén 9 y 3/4 se encuentra ubicado a la entrada de los andenes 9 y 11 (fuera de la zona en la que es necesario entrar con billete y justo antes de los tornos). Normalmente hay una cola de gente esperando para sacarse la mítica foto y un par de personas encargadas de organizarlo todo. Mientras una de ellas te coloca una bufanda (podéis elegir entre Gryffindor o Slytherin), la otra te saca una fotografía que después se puede comprar en la tienda oficial de Harry Potter que está al lado. En cualquier caso, no es necesario "cascar pasta" para llevarse un recuerdo del emocionante momento, ya que permiten que cada uno saque sus propias fotos sin coste alguno.

Dejando de lado mis pasiones literarias y mis confesiones frikis, vamos a centrarnos en lo que es el objeto de esta publicación que no es otro que contaros un poco nuestra visita al Museo Británico. Al igual que la National Gallery, este museo es de entrada gratuita. Abre diariamente de 10:00h. a 17:30h. excepto los viernes que no cierra hasta las 20:30h.

En su página web se pueden consultar los distintos tipos de recorridos e itinerarios que tienen previstos: recorrido de 1 hora, recorrido de 3 horas, objetos para ver con niños e incluso muestras de la audioguía oficial (para que podáis comprobar si os compensa pagar los 5 euros que piden por ellas). También se ofrecen visitas guiadas (en inglés) tanto gratuitas como de pago. El museo es gigantesco, así que se recomienda preparar la visita con antelación para aprovechar el tiempo lo máximo posible.

Tal y como hice en la última publicación al hablar de Westminster, y con el ánimo de no aburriros demasiado, me limitaré simplemente a comentar los cinco objetos del museo que considero imprescindibles en vuestra visita a Londres, uséase, aquellos que no podéis dejar de contemplar (aunque sea por unos instantes) antes de abandonar la ciudad.


1. La Piedra de Rosetta (Ground floor, room 4)


Se trata sin duda del objeto más preciado de la colección. Formaba parte de una enorme estela egipcia cuyo origen se remonta al año 196 antes de Cristo. Permaneció olvidada durante siglos hasta que en el año 1799 un soldado francés la encontró durante la campaña napoleónica en Egipto en la ciudad de Rashid (Rosetta para los franceses). Posteriormente y tras la derrota de Napoleón, la piedra pasó a manos de los ingleses, quienes no dudaron en marcar sus laterales con la siguiente inscripción que aún se puede leer en la actualidad: "captured by the British Army in 1801, presented by King George III" (es decir, "capturada por el ejército británico en 1801, presentada por el Rey Jorge III")




La importancia del hallazgo radica en que esta piedra fue la que proporcionó la clave para descifrar los antiguos jeroglíficos egipcios, cuyo significado se había perdido poco antes del fin del Imperio romano. Ello fue posible gracias a que la piedra de Rosetta contenía el mismo texto escrito en tres idiomas: en griego antiguo, en demótica egipcia y en escritura jeroglífica.

Desentrañar los misterios que encerraba la piedra de Rosetta no fue una tarea sencilla. De hecho, sus secretos permanecieron ocultos hasta el año 1822 (más de 20 años después de su hallazgo), fecha en la que un profesor francés, Jean François Champollion, logró descifrar las inscripciones contenidas en la piedra tras un arduo trabajo y una dedicación casi absoluta a esta tarea. Lo más curioso es que Champollion consiguió lo que otros no lograron basándose en el estudio de una copia en carboncillo del texto contenido en la piedra de Rosetta, ya que el nunca pudo contemplar la original en vivo y en directo. Se suele considerar una paradoja el hecho de que la piedra fuera incautada por los ingleses y que, a pesar de ello, fuera un francés el que lograra abrir la puerta a los más de 3.000 años de historia del antiguo Egipto.

Si tenéis curiosidad por saber qué es lo que dice exactamente la famosa piedra, lamento deciros que su contenido es un tanto aburrido. Se trata de un decreto aprobado por un consejo de sacerdotes que se dedica a hacer la pelota al faraón Ptolomeo V en el primer aniversario de su reinado. No obstante, si sois duros de mollera y os apetece regodearos con el texto completo podéis pinchar AQUI.


2. Las esculturas del Partenón (Ground floor, room 18)

Son sin duda una de las colecciones estelares del museo. Como ya sabréis, se trata de una serie de esculturas procedentes del Partenón de Atenas, templo principal de la Acrópolis levantado en honor a Atenea, diosa de la sabiduría y protectora de la ciudad. Estas esculturas son también conocidas con el nombre de "los mármoles de Elgin" en referencia al Lord inglés que, de una forma un tanto irregular (por no ponerle otro adjetivo), las "sacó" de Grecia y las trajo a Inglaterra a principios del siglo XIX .

Dentro de este excepcional conjunto escultórico cuya realización fue dirigida por Fidias alrededor del año 450 a.C. es posible diferenciar tres tipos de piezas distintas. Por un lado, tendríamos los paneles procedentes del friso que recorría el exterior la cella (o cámara interior) del Partenón y, por otro lado, estarían las esculturas de los frontones y las metopas del friso exterior. En cualquier caso y pese a lo que hayamos podido ver en diferentes películas hollywoodienses, hay que recordar que todas ellas se encontrarían pintadas en colores vivos tales como azul, rojo, verde y oro.


By Chris Evans, sin modificaciones,
https://www.flickr.com/photos/drumminhands/3665667749,


El friso interior, como decíamos anteriormente, rodeaba la parte exterior de la cella, lo que constituía una auténtica novedad en la época ya que nunca antes se había decorado esta zona en un templo de estas características con anterioridad. Representa una procesión religiosa en honor de la diosa Atenea que se celebraba cada cuatro años en la ciudad y que era conocida con el nombre de las Grandes Panateneas, un acontecimiento de máxima importancia que culminaba con la presentación del nuevo manto o "peplos" (túnica para los cristianos) que iba a cubrir la estatua de oro y marfil de Atenea que se custodiaba en el interior de la cella. Se trata, por tanto, de la representación de una escena real en la que participa la sociedad ateniense que, si tenemos en cuenta su ubicación original, refleja el carácter humanista del arte griego ("el hombre es la medida de todas las cosas").

Si nos detenemos un poco a contemplar el friso, podremos distinguir la cabalgata con sus carros, jinetes y caballos seguido por un cortejo a pie (señal de proximidad al lugar sagrado) en el que participan músicos, ancianos portadores de ramas, conductores de animales que van a ser sacrificados (ovejas, carneros, terneras) y, finalmente, doncellas con ofrendas y ciudadanos de alto rango. En el centro del friso destacan los héroes de Atenas y los dioses, que aparecen sentados de forma elegante contemplando la escena y que son invisibles para los mortales.

Se dice que hay hasta 360 figuras de seres humanos representadas en el friso del Partenón, pero lo que más llama la atención de esta obra es que todos y cada uno de los personajes estén tan perfectamente cuidados y detallados, que todos sean diferentes entre sí y tengan su propia individualidad y que, a pesar de que sus creadores sabían que sus esculturas se situarían en el friso interior del templo (una zona alta situada tras la columnata y, por tanto, mal iluminada) no renunciaron a dar una gran calidad a su trabajo, el cual puede considerarse casi perfecto.


Por Carmen Escobar Carrio, sin modificaciones
https://www.flickr.com/photos/caracolquiscol/6648088373


Las esculturas de los frontones que adornaban el exterior del Partenón rellenando los espacios triangulares en su lado este y oeste apenas han sobrevivido al paso del tiempo y a los conflictos de los hombres. Se sabe por fuentes antiguas que el frontón oeste representaba el nacimiento de Atenea, la diosa protectora de la ciudad e hija favorita de Zeus que, según la leyenda, nacería del cráneo de su padre un día que éste sufría un fuerte dolor de cabeza completamente armada y profiriendo un feroz grito de guerra. Gracias a estas mismas fuentes también se sabe que el frontón este simbolizaba la disputa entre Atenea y Poseidón por el dominio de la ciudad de Atenas.

La historia cuenta que la disputa entre la diosa de la sabiduría y el dios del mar llegó a oídos de Zeus y que éste decidió convocar un tribunal para resolver la cuestión. Determinaron que Atenas debía pertenecer al dios que pudiera lograr una mejor obra para los hombres. Así, Poseidón clavó su tridente en una roca de la que manó una fuente de agua, pero ésta resultó ser salada. Sin embargo, Atenea consiguió que del poder de su lanza naciera un olivo, cuyos frutos tienen múltiples usos, lo que le valió el triunfo sobre su rival.

Aunque no deja de ser interesante, defrauda comprobar lo poco que queda de estas grandiosas esculturas. Prácticamente todas ellas están descabezadas y serían imposibles de identificar si no fuera por las copias y dibujos antiguos que llegaron hasta nuestros días. Basta recordar que todo lo que sobrevivió se expone en esta sala a diferencia de los paneles del friso interior, algunos de los cuales se conservan también en el museo de Atenas y en el Louvre.



By Yair Haklai (Own work) [CC BY-SA 3.0 
(http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0) or 
GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html)], 
via Wikimedia Commons, sin modificaciones


Finalmente, las 92 metopas que originalmente decoraban el exterior de los cuatro costados del templo de Atenea venían a representar el triunfo de la civilización y de la racionalidad frente al caos y la barbarie. Aunque este es el tema de fondo común, lo cierto es que cada uno de los cuatro lados está dedicado a distintos contenidos. Así, en el lado norte aparecía representado el saqueo de Troya. En el sur, las batallas entre lapitas y centauros (Centauromaquia). El oriental simbolizaba la lucha entre los dioses y los gigantes (Gigantomaquia) mientras que en el occidental figuraba el combate entre los griegos y las amazonas (guerreras orientales que, según la leyenda, eran consideradas como las enemigas por antonomasia del pueblo griego).

La mayor parte de las metopas se encuentran muy dañadas o han desaparecido. En el museo británico se exponen 15 de las correspondientes al lado sur (Centauromaquia), las cuales representan el tema mitológico del cruento enfrentamiento entre los lapitas y los centauros que, conforme al relato clásico, se desataría a raíz de una simple boda (las reuniones familiares siempre fueron muy peligrosas...).

Según la leyenda, Piritoo, rey de los lapitas, invitó a su boda a sus primos los centauros, los cuales nunca habían bebido vino y no estaban acostumbrados al alcohol, por lo que se emborracharon y acabaron con un pedal memorable. En lugar de cantar el "Asturias patria querida" como haría cualquier hijo de vecino, a los centauros no se les ocurrió otra cosa que intentar violar y secuestrar a la novia y a algunas de las invitadas, lo que desencadenó un feroz combate en el que los lapitas resultarían vencedores. En resumen, la razón y los valores humanos triunfan sobre el arrebato y las bajas pasiones.

Muy imaginativos estos griegos, ¿verdad?



3. El moái Hoa Hakananai´a procedente de la isla de Pascua (Ground floor, room 24)



Perdida en medio del océano Pacífico y a más de 3.600 kilómetros de la costa chilena, la isla de Pascua es uno de los lugares habitados más remotos del planeta y también uno de los más misteriosos gracias a sus enigmáticas esculturas de piedra monolítica conocidas como moáis

Se cree que los moáis fueron construidos por los antiguos habitantes de la isla (denominados rapanuis) entre el año 1000 y el año 1600 d.C. La mayoría fueron esculpidos en toba volcánica y originalmente tenían un tocado o sombrero de piedra rojiza (pukao). Sus ojos estaban decorados con coral blanco y obsidiana, lo que les dotaba de una fuerza sobrenatural. En realidad, los moáis representaban a los ancestros de los antiguos habitantes de la isla que, con su energía (o mana), les protegían de todo mal. Hay que tener en cuenta que los rapanuis llegaron a creer que ellos eran los únicos humanos que existían en la tierra y que el resto del planeta se había inundado. Debieron de sentirse muy solos e inseguros para depositar su confianza en estos gigantes de piedra de los que se calcula que existen alrededor de 900 ejemplares en la isla.

No obstante, el moái Hoa Hakananai´a que se exhibe en el museo británico se diferencia de los demás en varios aspectos que lo convierten en una pieza única y excepcional. Para empezar, esta figura fue construida en basalto y no en toba volcánica como era lo habitual. Fue encontrado en el interior de una vivienda ceremonial en Orongo (al sur de la isla) cuando lo normal es que los moáis se ubicaran al aire libre,ya sea mirando hacia el mar o hacia el interior de la isla. Además, Hoa Hakananai´a presenta en su espalda una serie de grabados e inscripciones muy posteriores a su construcción (que se data en el año 1200 d.C) y que nos hablan de un trágico suceso que aconteció en la isla de Pascua en el siglo XVII y que supuso un cambio radical en la vida de los isleños.

Antes hemos dicho que los moáis dejaron de elaborarse alrededor del año 1600 d.C y ello no es casual. En esta época la isla se encontraba sumida en el caos por culpa de la deforestación. Una vez que el último árbol fue talado, la vegetación se vio afectada, muchas especies se extinguieron, los rapanuis se vieron obligados a dejar de fabricar canoas y llegó la hambruna, y con ella el desorden, las guerras e incluso el canibalismo. Los moáis fueron maltratados, profanados y derribados con contadas excepciones como la de Hoa Hakananai´a. Su dorso se empleó entonces para inscribir los detalles de un nuevo culto que había surgido en la isla, que reemplazó a la adoración a los moáis tradicionales y que puso fin a los conflictos tribales trayendo consigo la paz y una nueva forma de vida. El culto al hombre pájaro había hecho acto de presencia.




El culto al hombre pájaro fue la ingeniosa, peligrosa y temeraria forma que la sociedad rapanui tuvo para poner fin a sus problemas tribales. Cada año y precisamente en Orongo (lugar en que fue hallado nuestro moái), los jefes de cada uno de los clanes designaban a uno de los suyos para que participara en una dura competición que serviría para elegir el clan que gobernaría la isla durante 12 meses y que, por tanto, tendría el dominio de los escasos recursos que a ésta le quedaban. Los participantes debían de descender 300 metros por los afilados acantilados de Orongo, cruzar a nado 2 kilómetros hasta uno de los pequeños islotes que rodean la isla (hay que tener en cuenta que son aguas con fuertes corrientes y, además, infestadas de tiburones), conseguir atrapar un huevo de gaviota y regresar a tierra con el huevo intacto. El campeón ganaría, como decíamos, el gobierno de la isla para su tribu y, además, sería honrado con el título de hombre pájaro (tangata manu), lo que suponía que debía afeitarse la cabeza, las cejas y las pestañas, vivir en soledad durante un año y, a lo largo de todo este tiempo, olvidarse de la higiene y dejarse crecer las uñas a modo de garras (horreure!)

Esto sí que era una prueba y no los debates televisivos de antena 3...

En la espalda de Hoa Hakananai´a se pueden distinguir dos figuras de hombre-pájaro con cuerpo de ave pero con extremidades humanas (manos y pies). Algunos investigadores han querido ver en estos grabados una representación de lo masculino (en la figura más alargada) y de lo femenino (en la más redondeada) dado que en la oreja derecha del moái se distingue una vulva (símbolo femenino de fertilidad) y en la izquierda un remo de doble pala (símbolo masculino de poder).

El moári de Hoa Hakananai´a fue "trasladado" a Londres por la nave inglesa HSM Topaze en el año 1868 y, desde entonces, se exhibe en la sala 24 del museo británico. Paradójicamente, el nombre de Hoa Hakananai´a significa en rapanui "amigo oculto o amigo robado". Se trata de una de mis piezas favoritas de este museo por todo lo que podemos aprender de ella y, muy especialmente, porque puede servir para concienciar a más de uno acerca de las consecuencias que puede tener la acción del hombre en la naturaleza. 


4. Las momias del Antiguo Egipto (Upper floor, room 62-63)

Para los antiguos egipcios, la muerte implicaba la separación del cuerpo (elemento material) del ka o energía vital y del ba o alma espiritual (elementos inmateriales). Para que el ka y el ba permanecieran en el cuerpo del difunto y éste pudiera pasar a disfrutar de su vida en el más allá era preciso evitar la descomposición del cuerpo material. Es a partir de esta rebuscada idea que surgió la necesidad de momificar a los difuntos en el Antiguo Egipto.

En una primera etapa (antes del año 2.700 a.C) los cuerpos simplemente se depositaban en tumbas poco profundas que entraban en contacto directo con la arena del desierto y que generaban un proceso de momificación natural. La seca y ardiente arena absorbía la mayor parte del agua presente en el cuerpo humano y evitaba la multiplicación de las bacterias.

Posteriormente y cuando los cuerpos pasaron a enterrarse en cámaras profundas que impedían su "desecación natural", las técnicas de momificación se desarrollaron notablemente llegando a convertir esta disciplina en un auténtico arte. La ceremonia de embalsamamiento comprendía una serie de pasos. En primer lugar, los sacerdotes se encargaban de limpiar y perfumar el cuerpo del difunto para, a continuación, extraer sus órganos internos. El cerebro se sacaba a través de los agujeros de la nariz haciendo uso de un garfio de metal (ouch!). Los pulmones, el hígado, el estómago y los intestinos se extraían a través de una incisión en el abdomen. Curiosamente, el corazón se dejaba en su lugar ya que los egipcios creían que este órgano era la sede de los sentimientos, del pensamiento, de la conciencia y de la vida.

A continuación, los órganos eran momificados por separado y conservados en vasijas rituales conocidas como "jarras canópicas" (o vasos canopos) que contenían inscripciones dedicadas a los dioses mientras el cuerpo del difunto, relleno de mirra, aceites y hierbas aromáticas, se sumergía en natrón (una sal natural) durante varios días hasta lograr su desecación. Transcurrido el tiempo necesario, el cadáver era envuelto con vendas de lino y colocado en un ataúd de madera.



La colección de momias del Museo Británico es considerada la segunda más importante del mundo después de la comprendida en el Museo de El Cairo. Entre los numerosos ataúdes y momias que se ubican en las salas 62 y 63 del museo, destaca la conocida como Momia de Katebet, la cual fue descubierta en 1820 en una tumba de Tebas en compañía de la momia de un hombre llamado Qenna que se sospecha que podría haber sido su marido.

El féretro de la momia de Katebet conserva el cuerpo de una mujer anciana y rica que actuaba en los rituales del templo de Amón realizando cánticos e interpretando música durante las ceremonias. Se trata de una de las favoritas del museo por sus espléndidos atuendos que incluyen una máscara dorada, una elaborada peluca y anillos (de verdad!) cuidadosamente colocados en los dedos de las manos talladas en la madera. En su estómago hay un pequeño escarabajo oscuro cuyo fin es protegerla en el momento de ser juzgada por los dioses y en la zona en la que deberían encontrarse sus rodillas encontramos una pequeña escultura en forma de momia (llamada shabti) cuya función sería la de desempeñar los duros trabajos que podían ser exigidos a Katebet en el más allá. Además de ser una momia poco común presenta otra peculiaridad que ha llamado la atención de los egiptólogos y es que Katebet aún conserva intacto su cerebro pese a que, tal y como explicamos anteriormente, ello no era lo habitual en los rituales de momificación.


By Bram Souffreau (Flickr) [CC BY-SA 2.0 
(http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)], 
via Wikimedia Commons

5. El ajedrez de Lewis (Upper floor, room 40)


Otra parada obligada para los fans de la saga de Harry Potter. En la sala 40 de la planta superior del museo británico se exhiben las 82 piezas de ajedrez en las que se inspiró la película Harry Potter y la piedra filosofal para recrear una de las pruebas mágicas a las que debían de enfrentarse sus protagonistas para conseguir acceder a la cámara en la que se custodiaba la legendaria piedra.


By Nachosan (Own work) [CC BY-SA 3.0 
(http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], 
via Wikimedia Commons


Las piezas son conocidas como "Lewis Chessmen" o "Ajedrez de Lewis" en alusión al nombre de la isla escocesa en la que fueron encontradas. La fecha exacta de su descubrimiento se desconoce, pero se cree que fueron halladas alrededor del año 1831 por un campesino local, Malcolm McLeod, que descubriría el tesoro por pura casualidad cuando una de sus vacas pisó la duna bajo la que las maravillosas piezas se encontraban enterradas. La leyenda dice que McLeod se asustó pensando que se trataba de figuras diabólicas o provenientes del más allá y que pronto se deshizo de ellas vendiéndolas a un anticuario que las expondría al público por primera vez en Edimburgo antes de que fueran adquiridas por el Museo Británico.

Mayoritariamente se cree que las piezas fueron elaboradas en Noruega a finales del siglo XII y que se perdieron durante su transporte a Irlanda. Al tratarse de piezas correspondientes a varios juegos (se cree que forman parte de 4 o 5 sets distintos) es probable que pertenecieran a un mercader que quisiera venderlas allí y que, a causa de alguna incidencia, se viera obligado a enterrarlas en Lewis (isla que entonces pertenecía al reino de Noruega) para protegerlas.

Sea como fuere lo cierto es que el Ajedrez de Lewis destaca por su belleza y por ser uno de los pocos ejemplos de juegos de ajedrez medievales que han perdurado hasta nuestros días. La mayoría de las piezas fueron talladas en marfil de colmillo de morsa y, algunas de ellas, en dientes de ballena. Se encontraron restos de pintura roja en algunas de las figuras, por lo que se sospecha que los colores originales del juego eran el rojo y el marfil en lugar del blanco y negro actuales.

Dado que las piezas (con la sola excepción de los peones) tienen un aspecto humano, se ha querido establecer una correlación entre éstas y la sociedad medieval del siglo XII, considerándose que el Ajedrez de Lewis vendría a ser como una especie de representación en miniatura de todo lo que aquella representaba. Así, por una parte tendríamos a las figuras importantes: el rey, la reina, los obispos (equivalentes a nuestros alfiles) y los guerreros; es decir, los que gobiernan, los que luchan y los que rezan. Por otra parte, sin embargo, tendríamos a los peones; es decir, los siervos, los que trabajan. Éstos ni siquiera tienen representación humana (su figura es una especie de lápida, aunque alguna presenta bellas inscripciones) y suelen ser los primeros en caer en una partida.

Otra curiosidad destacable y que llama la atención de cualquiera que se detenga a contemplar estas preciosas figuras, es la expresión de tristeza y melancolía que parecen mostrar todas las piezas del juego con la única excepción de los guerreros vikingos o berserkers (el equivalente a nuestras torres), los cuales expresan su furia y su rabia mordiendo sus escudos de acuerdo con la tradición impuesta por las leyendas nórdicas.



Como dije al comienzo de esta publicación, la colección del Museo Británico es muy extensa y esto son solo unas pinceladas de lo que podéis encontrar en su interior. Existen otros muchos tesoros por descubrir y que merecen nuestra atención, pero si me detuviera con ellos no acabaría jamás, tendría que escribir un libro y empezar a cobrar derechos de autor (jeje).

Entre los más interesantes destacaría los toros alados que custodiaban la entrada al Palacio de Khorsabad (sala 10), la máscara azteca de turquesa representando a Tezcatlipoca (sala 27), el hombre de Lindow (sala 37), el tesoro de Oxus (sala 52) o el busto en bronce del emperador Octavio Augusto (sala 70).


Soy fan!!!



Agotados después de la caña que nos habíamos metido, decidimos hacer un último esfuerzo y culminar la velada en la feria de Winter Wonderland en Hyde Park. La verdad es que el ambiente era increíble y, aunque en principio son atracciones dirigidas fundamentalmente a los niños, aún recuerdo el fiestón tipo "oktoberfest" que se estaban montando los ingleses bajo una carpa gigante (a beber no hay quien les gane...). Especialmente bonito me pareció el mercadillo de navidad con las casitas de estilo bávaro y su atmósfera festivalera.


No podía faltar el toque español


Tras brujulear un rato por la zona y zamparnos unas riquísimas weisswurst (=las típicas salchichas blancas alemanas) nos encaminamos hacia nuestro hotel no sin antes decir adiós a nuestra última noche en Londres :(

Lo bueno es que aún nos quedaba la mañana del día siguiente para sacarle el máximo partido posible al Mercado de Portobello y a los grandes almacenes Harrods. Todo consuelo es poco :)

CONTINUARÁ...




miércoles, 18 de noviembre de 2015

London Express (V)

DIA 3. PLAN DE LA MAÑANA: LA ABADÍA DE WESTMINSTER


El tercer y penúltimo día de nuestra escapada londinense amanecimos con el cielo encapotado y con bastante hambre, asi que decidimos experimentar con un típico desayuno británico en el Café Diana, un pequeño establecimiento situado cerca de nuestro hotel que nos había llamado la atención en días anteriores por las enormes fotografías de la Lady Di que adornaban sus paredes. Un sitio correcto, sin lujos ni pretensiones, pero que cumple perfectamente su función esencial: llenarnos la panza a un módico precio :)

Una vez renovadas nuestras fuerzas, llegó el momento de enfrentarnos a los dos objetivos esenciales de la jornada:  la visita a la Abadía de Westminster y al Museo Británico. 

En esta publicación nos centraremos en la Abadía de Westminster, a la que dedicamos una mañana completa.

DATOS PRÁCTICOS

Tal y como adelantamos en nuestra publicación de London Express (I)  si estáis interesados en realizar esta visita, lo mejor es que consultéis previamente los horarios de apertura del templo ya que son un tanto irregulares y pudiera darse el caso de que os la encontrarais cerrada a cal y canto si confiáis en la improvisación. El precio de la entrada es de 20 libras e incluye audio-guía.

Si queréis descargar un plano del interior de la Abadía podéis pinchar AQUI.

INTRODUCCIÓN

La Abadía de Westminster fue fundada en el siglo X como monasterio católico, pero hoy es el principal templo anglicano del mundo. Como ya sabéis, la religión anglicana fue fundada por el rey Enrique VIII en el año 1534 después de que el Papa Clemente VIII se negara a anular su matrimonio con Catalina de Aragón, impidiendo de esta forma que el monarca pudiera contraer matrimonio con Ana Bolena, de quien se dice estaba perdidamente enamorado.

Como consecuencia de esta decisión papal y beneficiándose de las corrientes reformistas de la época, Enrique aprovechó la ocasión para repudiar la autoridad del Papa, separarse de la Iglesia Católica y declararse a sí mismo único y supremo jefe de la Iglesia de Inglaterra. Todos los monasterios fueron clausurados y saqueados, pero afortunadamente Westminster se salvó de la destrucción gracias a sus fuertes lazos con la monarquía, quedando sujeta a la jurisdicción directa de la Corona (y no del obispado como venía siendo habitual). Conviene tener en cuenta que, desde la coronación de Guillermo I el Conquistador en 1066, la inmensa mayoría de los reyes británicos han sido coronados aquí y que la mayor parte de ellos también se encuentran enterrados en la Abadía.




LA ABADÍA DE WESTMINSTER AL DETALLE
  
Nota: Para los ansiosos deciros que tenéis la opción de descargaros gratis la audio-guía oficial completa en vuestro "smartphone" pinchando en el siguiente LINK. Comprobaréis como sigue el recorrido trazado en el MAPA que facilité anteriormente.

Como no es mi intención aburriros con un montón de datos e informaciones que además podéis consultar en cualquier guía de viajes, he decidido limitarme a señalar mis cinco puntos favoritos de Westminster (identificados en el plano por los números que aparecen entre paréntesis en cada uno de los elegidos)

He aquí mi selección...

1. Tumba del Soldado Desconocido (1)

Nada más entrar en Westminster, nos encontraremos a nuestra derecha con la Tumba del Soldado Desconocido, la única de todo el suelo de la Abadía que no está permitido pisar. Rodeada de amapolas, esta tumba contiene los restos de un combatiente británico no identificado que fue repatriado desde Francia tras la Primera Guerra Mundial. Con ella, se pretende homenajear y honrar la memoria de todos los militares británicos que murieron en el conflicto.





2. Capilla de San Eduardo (8)

Detrás del Altar Mayor se encuentra el lugar más sagrado de la Abadía, la capilla de San Eduardo, quien fue rey de Inglaterra desde el año 1042 hasta el año 1066. No debemos confundirlo con el rey Eduardo I ("el malo de Braveheart"),  ya que San Eduardo pertenecía a la dinastía sajona y la tradicional numeración latina únicamente se aplica en Inglaterra a los reyes posteriores a la conquista normanda, la cual tendría lugar el mismo año de la muerte de San Eduardo (que falleció sin herederos) bajo el mando de Guillermo I El Conquistador (Batalla de Hastings, 1066).

 By Myrabella (Own work) [Public domain or CC0], 
via Wikimedia Commons, sin modificaciones

Tras su muerte, San Eduardo fue canonizado por el Papa en atención al apoyo que había proporcionado a la Iglesia católica bajo su reinado. De hecho, fue este rey el que mandó construir la primera iglesia de Westminster, la cual se erigía en este lugar hasta que fue reemplazada por el edificio que podemos contemplar en la actualidad (levantado unos 200 años después). Se le conoce como San Eduardo o Eduardo el confesor porque en aquella época se diferenciaba entre los santos martires (los que fallecían de forma violenta) y los santos confesores (los que morían de muerte natural). Se trata del único cuerpo de Santo que se conserva entero en Gran Bretaña.

Como curiosidad, decir que en esta capilla es donde tradicionalmente se firma el registro de las bodas reales. Por aquí pasaron recientemente el Príncipe Guillermo y Kate Middleton al igual que la actual Reina de Inglaterra Isabel II cuando se casó con Felipe de Edimburgo en 1947. Cabe señalar que San Eduardo es el patrón de los reyes ingleses, pero también de los matrimonios problemáticos y de las mujeres separadas. Algunos dicen que este es el motivo por el que el matrimonio entre el Príncipe Carlos y Diana no funcionó, ya que éstos se saltaron la tradición familiar al celebrar su boda en la Catedral de San Pablo en lugar de en Westminster.


3. Lady Chapel o Capilla de Enrique VII  (10-14)

Situada en el extremo oriental de la abadía, esta capilla dedicada a la Virgen María y de maravilloso diseño es sin duda la más espectacular de el templo. Su construcción se inició en el año 1503 bajo el reinado de Enrique VII, quien se encuentra enterrado en un elaborado sepulcro detrás del altar junto a su esposa, la reina Isabel de York.

Es considerada como una obra maestra de la arquitectura medieval inglesa, destacando su precioso techo abovedado de piedra y su bonita sillería del siglo XVI, hoy cubierta por vistosos estandartes de las familias de los caballeros de la Orden de Bath (presentes en este lugar desde el siglo XVIII). Si os fijáis un poco, veréis que en la parte superior de cada asiento hay una figura en forma de yelmo que nos ayuda a diferenciar entre el asiento del monarca (si lleva una pequeña corona) y los de los caballeros (si va acompañada de una tela de colores llamativos).

Interior de la Capilla de Enrique VII en la 
Abadía de Westminster, por Canaletto


En torno a la capilla principal encontramos otras capillas más pequeñas que también tienen un enorme interés. Así, detrás del altar, descubrimos la Capilla de la Real Fuerza Aérea de Inglaterra (12), consagrada en 1947 en recuerdo de los 1500 pilotos fallecidos durante la batalla de Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial. En ella encontramos dos curiosidades. La primera de ellas está relacionada con este conflicto y es que, a la izquierda de la pared y bajo la vidriera, aún se puede observar el agujero que dejó la explosión de una bomba en el año 1940 (hoy cubierto con cristal).

La segunda curiosidad nos obliga a remontarnos al siglo XVII, época en la que tuvo lugar el primer y único periodo repúblicano de la historia de Inglaterra bajo la dirección de Oliver Cromwell. En el suelo de la capilla podemos observar una placa con su nombre que nos indica el lugar en el que Cromwell estuvo enterrado hasta que, en 1661 y tras la restauración de la monarquía, su cuerpo fue profanado, colgado de unas cadenas en la horca de Tyburn y finalmente decapitado. Durante 25 años, su cabeza fue exhibida a modo de advertencia a la entrada del Palacio de Westminster (es decir, el Parlamento). Paradójicamente, una estatua de Cromwell se erige actualmente frente al mismo edificio en recuerdo de su defensa de las libertades y del principio de separación de poderes.

A la izquierda de la capilla principal se sitúa una pequeña capilla en la que están enterradas dos mujeres de enorme importancia en la historia de Inglaterra. Nos referimos, claro está,  a la tumba de Isabel I y de María I (13), cuyo epitafio reza así "Compañeras en trono y tumba, aquí reposamos nosotras, dos hermanas, Isabel y María, con la esperanza de una sola resurrección". María se encuentra enterrada debajo de Isabel, aunque no hay ninguna imagen suya en la tumba.

María Tudor era hija de Catalina de Aragón (y, por tanto, nieta de los Reyes Católicos). Fue reina de Inglaterra durante cinco años (1553-1558) en los que el pueblo pasó de adorarla a condenarla para siempre. Una de sus primeras medidas fue ordenar la ejecución de la joven Lady Jane Grey, quien instigada por su familia se había proclamado reina de Inglaterra contraviniendo el orden de sucesión estipulado legalmente (a ella nos referimos en nuestra última publicación al hablar de la Torre de Londres).

María, católica devota, restauró el catolicismo en Inglaterra y condenó a morir en la hoguera a un gran número de disidentes, lo que le valió el apodo de "Bloody Mary" (o María La Sanguinaria"). Esta decisión y su matrimonio con Felipe II de España menoscabaron definitivamente su popularidad entre sus súbditos. Murió a los 42 años de edad y sin descendencia. Curiosamente, María designó como sucesora a su hermanastra Isabel por encima de María Estuardo de Escocia, quien también era una ferviente católica. La explicación la encontramos en que María Estuardo estaba prometida en matrimonio con el Delfín de Francia, lo cual resultaba contrario a los intereses políticos de Felipe II, quien también apoyó la sucesión a favor de Isabel.


María Tudor, reina de Inglaterra
 por Antonio Moro
Museo del Prado, Madrid

Isabel Tudor era hija de Enrique VIII y de su segunda esposa Ana Bolena. Fue la última gobernante de la dinastía Tudor. Su reinado (1558-1603) se caracterizó por el reestablecimiento del anglicanismo y por su rivalidad con su prima católica María Estuardo, a quien mandó encerrar durante 18 largos años para después ordenar su ejecución por miedo a que pudiera usurparle el trono con el apoyo del bando católico. 

Su política exterior estuvo marcada por sus gélidas relaciones con España. Así, Isabel apoyó el saqueo de los galeones españoles por parte de los piratas ingleses, algunos de los cuales fueron incluso elevados a la categoría de nobles (sería el caso del famoso pirata Francis Drake). Esta situación desembocaría en el ataque a Inglaterra por parte de la Armada Invencible de Felipe II que, como todos sabemos, resultó un auténtico fiasco.

Pese a contar con numerosos pretendientes (entre ellos el propio Felipe II), Isabel nunca contrajo matrimonio e incluso llegó a manifestar que su verdadero esposo era el pueblo de Inglaterra. Por esta razón, fue conocida como "La Reina Virgen", aunque este calificativo poco tuviera que ver con la realidad (ella también se corría sus juergas...). Hay quien dice que esta firme decisión de permanecer soltera fue en realidad un acto calculado para poder dejar la corona en manos del hijo de su prima María Estuardo, el futuro Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia, y de esta forma lograr la unión de ambos reinos (ya proyectada por su padre Enrique VIII). Otros apuntan a que su "alergia al matrimonio" vino derivada de los traumas que Isabel había sufrido en su infancia como consecuencia de la ejecución de su madre, quien fue acusada de alta traición y de adulterio por su propio padre, mientras que otros aluden a la existencia de un "defecto genético" que le impediría tener hijos. Cada cual puede elegir la versión que más le guste... 


La reina Isabel I de Inglaterra, por George Gower

A pocos metros del sepulcro de Isabel y María Tudor y a la derecha de la capilla principal, nos encontramos con la tumba de María Estuardo, reina de los escoceses (14). Tal y como comentábamos anteriormente y pese a que Isabel nunca conoció personalmente a su prima, María Estuardo siempre supuso una amenaza para ella por su condición de católica con posibilidades de acceder al trono de Inglaterra, lo que desembocaría en su trágico final.

También se dice que Isabel sentía envidia de María por su belleza, elegancia y atractivo personal. Sea como fuere, lo cierto es que todo lo que Isabel tenía de dama virginal de leyenda mitológica, María lo tenía de protagonista de una auténtica telenovela venezolana. La Estuardo se casó hasta tres veces. La primera de ellas con el rey de Francia, Francisco II, quien falleció prematuramente convirtiéndola en una joven viuda de 18 años y forzando su regreso a Escocia. Pocos años después, la reina contrajo matrimonio con otro Estuardo descendiente del rey Enrique VII, Lord Darnley, lo que reforzaba sus aspiraciones a la corona inglesa ante el estupor de Isabel. Con Lord Darnley, María tendría a su único hijo, Jacobo, el futuro heredero de la corona de Inglaterra y de Escocia.

Tan solo un año y medio después de este segundo matrimonio, Lord Darnley murió asesinado como consecuencia de una conspiración en la que se sospecha que participó el tercer marido de María y el gran amor de su vida, el conde de Bothwell. María y Bothwell se casaron tan solo 3 meses después de la muerte de Darnley, lo que provocó la ira de la nobleza escocesa que se alzó contra ellos. De nada sirvió que María pretendiera haber sufrido un rapto y posterior violación por parte de Bothwell para justificar su unión. Los esposos no volverían a verse nunca más. El murió encarcelado en Dinamarca. Ella, después de sufrir encierro durante 18 años, fue decapitada por orden de su prima Isabel en una ejecución que, según las crónicas de la época, se convirtió en una auténtica carnicería debido a la torpeza del verdugo, que tuvo que propinar hasta tres golpes con el hacha para cumplir con su cometido.


María, reina de los Escoceses
Anónimo



4. El rincón de los poetas  (17-19)

Se trata de uno de los sitios más visitados de la abadía aunque lo cierto es que su existencia se debe a una pura casualidad. El primer poeta en ser enterrado aquí fue Geoffrey Chaucer (1343-1400), reconocido sobre todo por su obra "Los cuentos de Canterbury". No obstante, no fue su reputación literaria la que lo trajo a este lugar, sino su condición de funcionario público encargado de una serie de trabajos para el palacio de Westminster. Primeramente fue sepultado en una sencilla tumba, pero más de un siglo después y una vez obtenido el reconocimiento general del mundo literario, sus restos fueron exhumados y colocados en la tumba que podemos contemplar en la actualidad.

A partir de ese momento, esta zona de la abadía fue empleada como espacio para la sepultura de famosos escritores entre los que se encuentran Charles Dickens (1812-1870), Rudyard Kipling (1865-1936) o el dramaturgo Ben Jonson (1572-1637), quien tuvo que ser enterrado verticalmente por carecer de medios económicos suficientes para una tumba de mayor envergadura.

Por otro lado, existen también menciones y monumentos dedicados a autores literarios que, si bien se encuentran enterrados en otros lugares,  han dejado su "huella" en Westminster. Entre ellos destaca el monumento a William Shakespeare (1564-1616) o la placa conmemorativa dedicada a Oscar Wilde (1854-1900), quien en su día no pudo ser enterrado aquí a causa de su orientación sexual.

No obstante, los escritores no son las únicas personas que reciben homenaje en la Abadía de Westminster ya que en ella podemos encontrar también las tumbas de hombres de ciencia como Isaac Newton (1643-1727) o Charles Darwin (1809-1882), de exploradores como David Livingstone (1813-1873), de músicos como Georg Händel (1685-1759) o incluso de artistas de cine como Laurence Olivier (1907-1989).


By Carcharoth (Commons) (Own work) [CC BY-SA 3.0 
(http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0) or GFDL
 (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html)], via Wikimedia Commons



5. Trono de la coronación (coronation chair)

Esta silla de madera conocida como el "trono de San Eduardo" o "trono de la coronación" fue encargada por el rey Eduardo I ("el malo de Braveheart") en 1296 para albergar bajo su asiento la piedra de Scone o "piedra del destino" que el mismo monarca había traído de Escocia a Inglaterra como botín de guerra. Aunque parezca mentira, esta piedra tenía y tiene una gran importancia para los escoceses, ya que era uno de los instrumentos empleados tradicionalmente en las coronaciones de sus monarcas. Se trataba sin duda de un valioso tesoro para el rey inglés, no solo porque suponía una humillación para sus enemigos, sino también y fundamentalmente porque se creía que la persona que tuviera la posesión de la piedra de Scone debía de ser considerado como el legítimo soberano de Escocia.

Desde el siglo XIII hasta el año 1996 la famosa piedra estuvo guardada en la abadía, pero después de esa fecha y fruto de negociaciones políticas, fue retornada al Castillo de Edimburgo con la única condición de ser devuelta de nuevo cuando sea necesario emplearla en una nueva coronación.

Son muchas las leyendas que se han tejido a lo largo del tiempo respecto al origen de la piedra de Scone. La versión más extendida es que se trata de la piedra que Jacob utilizó según la Biblia para apoyar su cabeza y soñar con una revelación divina, pero hay quien dice que se trataba de una piedra del faro de Hércules de la ciudad de La Coruña que, en tiempos muy antiguos, fue trasladada a Escocia desde Galicia (o eso se cuenta por estas tierras... jeje)

Sea como fuere, la historia quizás más llamativa es la que tuvo lugar en tiempos relativamente recientes, en el día de navidad de 1950, fecha en la que unos estudiantes escoceses la sustrajeron de Westminster y se la llevaron a Escocia para meses después, alarmados por la repercusión mediática y policial que adquirió su acción, abandonarla en la Abadía de Abroath, donde fue encontrada por la policía inglesa justo a tiempo para la ceremonia de coronación de Isabel II de Inglaterra (se les tuvo que caer el pelo a los muchachos...).





Y esto es todo lo que os cuento sobre nuestra visita a la Abadía de Westminster (que no es poco). Por si resulta de vuestro interés, deciros que a la salida del templo tenéis otras atracciones importantes como el Palacio de Westminster, en el que podéis entrar gratis a curiosear alguna de las sesiones parlamentarias. Para más información podéis consultar el post Londres Express (I) donde me extiendo un poquito más (si cabe) sobre el tema :)

Este día comimos en St Stephen´s Tavern ya que nos quedaba cerquita. Otra opción del mismo estilo y también muy recomendable sería The Albert.

Continuará...








viernes, 16 de octubre de 2015

Londres Express (IV)


DIA 2. PLAN DE LA TARDE: DESCUBRIENDO LOS SECRETOS DE "LA CITY LONDINENSE"

Tras nuestra nutritiva y deliciosa parada en Dishoom, nos atamos bien fuerte los cordones de las zapatillas y comenzamos nuestro recorrido por "the city" (= la ciudad).

Muy probablemente, más de uno se preguntará acerca de qué demonios es lo que hemos estado haciendo hasta ahora si no es recorrer la dichosa "city" a fondo (máxime después de tanto artículo denso que os he cascado). Pues bien amiguitos, debo revelaros que cuando un londinense os habla de "the city", a lo que en realidad se está refiriendo es a una pequeña zona dentro de lo que es la inmensa metrópoli londinense, un espacio en el que se concentran los principales lugares que han sido testigos de la historia de la ciudad y que además tiene autonomía administrativa respecto del resto de Londres (lo que sería más o menos una especie de ciudad del Vaticano pero con menos religiosidad y más espíritu financiero).

Si queréis descargaros un plano de nuestro recorrido por "la city", podéis hacerlo pinchando AQUI.


El puente de la Torre, una de las imágenes más populares
de la "city" londinense.

El primer punto de interés en nuestra ruta es St. Clement Danes (1) o la Iglesia de San Clemente de los Daneses (09:00h-16:00h). El nombre hace alusión a los orígenes del templo, que se dice fue construido en el siglo IX por los colonos daneses que se habían asentado en este lugar. No obstante, la importancia actual de esta Iglesia no tiene nada que ver con su pasado remoto sino con episodios más tristes y recientes de la historia de la humanidad. 

Como ya sabéis, durante la II Guerra Mundial la ciudad de Londres fue objeto de fuertes bombardeos por parte de la Luftwaffe, los cuales causaron no solo numerosas víctimas sino también importantes destrozos materiales como precisamente ocurrió con el templo de St. Clement Danes, que resultó arrasado por los ataques. Una vez acabada la guerra, la Iglesia fue cedida a la Royal Air Force o RAF (Real Fuerza Aérea de Inglaterra), que se encargó de restaurarla y de convertirla en un santuario en recuerdo de todos aquellos militares de las fuerzas aliadas que perdieron la vida en su lucha contra la barbarie. En recuerdo de todos ellos hoy se pueden contemplar en su interior hasta 800 placas de pizarra de distintos escuadrones colocadas en el suelo de la nave.

Continuando por The Strand en dirección al Temple Bar nos encontramos con el imponente edificio en estilo gótico victoriano de las Royal Courts of Justice (2) (10:00 h-16.30h), el cual acoge la corte de apelación y el tribunal superior de justicia de Inglaterra y Gales. Se puede acceder de forma gratuita para explorar sus estancias o incluso asistir a algún juicio. Existe también la posibilidad de contratar alguna de las visitas guiadas que se organizan regularmente (pvp. 12 libras). Es necesario reservar por anticipado. Para más información pinchad AQUÍ.

Entre las estatuas que decoran los muros exteriores del edificio se pueden observar personajes religiosos, históricos y también juristas de renombre. A los más curiosos les gustará saber que en los laterales de la puerta de entrada de los Jueces, aparecen representadas las figuras de un perro y un gato que luchan entre sí recordando a las partes contendientes en un juicio.



 Exteriores de las Royal Courts of Justice: visita obligada
para todo licenciado en Derecho :)

Frente a las Cortes de Justicia se sitúa el que es considerado el negocio más antiguo de la ciudad: la tienda de té Twinings (número 216 de la Calle Strand), que no ha cambiado ni de ubicación ni de propietarios desde que fue creada en 1706. Un poco más adelante (número 339 de la Calle Strand) se encuentra la tienda Stanley Gibbons, un lugar de culto para los coleccionistas de sellos.

Antes de adentrarnos en el corazón de "the city", es obligatorio realizar una pequeña incursión en el barrio del Temple (3), un espacio con mucho encanto en el que se encuentran las Inns of Courts (agrupaciones profesionales a las que deben pertenecer los abogados ingleses para ejercer su profesión) y la Iglesia del Temple, construida a finales del siglo XII por los caballeros templarios siguiendo el modelo circular de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. En su interior (pvp. 5 libras) se pueden contemplar nueve estatuas de piedra de tamaño natural que representan a algunos de los caballeros de la orden.

Como ya sabréis la historia de los caballeros templarios es bastante misteriosa. Se trataba de una orden religiosa y militar que fue creada a principios del siglo XII con el objetivo inicial de proteger a los peregrinos que viajaban a Jerusalén. Con el paso del tiempo, la orden fue cobrando prestigio, fuerza y poder económico, lo que le granjeó importantes enemigos como el rey Felipe IV de Francia o el papa Clemente V (el primer papa de Avignon), quienes se encargarían de su destrucción.

De esta forma, poco a poco se fue tejiendo una red de terribles rumores respecto de los miembros de la orden, quienes llegaron a ser acusados de escupir sobre la cruz en sus rituales de iniciación así como de otros pecados como la usura, la simonía o la sodomía. Durante la primera década del siglo XIV muchos fueron arrestados y condenados a morir en la hoguera; entre ellos, el último maestre de la orden del Temple, Jacques de Molay, quien según la leyenda minutos antes de su muerte maldeciría a los culpables de la conspiración. Casualidad o no, lo cierto es que tanto el rey Felipe IV como el papa Clemente V morirían meses después de que el mastre presuntamente lanzara su maldición.


En el patio exterior de la Iglesia del Temple la figura 
de dos caballeros templarios compartiendo un 
caballo simboliza los orígenes humildes de la orden.

Después de dar una vuelta por el barrio del Temple nos encaminamos nuevamente a la avenida principal de Strand para, a continuación, seguir Fleet Street y Ludgate Hill en dirección a la Catedral de San Pablo. Durante el trayecto seremos conscientes del momento en el que entramos o salimos de la "city" si nos fijamos bien en los dragones que custodian la entrada al lugar y que sirven para marcar sus fronteras con el resto de la ciudad.


El dragón de la avenida Strand en la
columna del fondo nos anuncia que estamos
cerca de la "city"

La catedral de San Pablo, St. Paul´s Cathedral (4) es nuestro próximo objetivo. Construida a finales del siglo XVII y a principios del XVIII sobre las ruinas de una antigua catedral medieval que fue destruida en el Gran Incendio de Londres de 1666, este templo ofrece una interesante mezcla de estilos clásico y barroco. En su interior se encuentran enterrados entre otras celebridades Churchill, Nelson y Christopher Wren (su diseñador). Aquí también se celebró la boda del príncipe Carlos con la princesa Diana y desde entonces se dice que trae mala suerte a los matrimonios (fue la única boda real que se celebró aquí ya que la tradición impone que este tipo de ceremonias tengan lugar en la Abadía de Westminster).

La catedral sobrevivió milagrosamente a los bombardeos aéreos de la Segunda Guerra Mundial, aunque hay quien no cree en milagros y dice que la razón por la que se salvó fue que servía como un punto de referencia para que los pilotos alemanes se orientaran desde las alturas en el momento de lanzar sus ataques.

Es posible subir a su cúpula, aunque es recomendable estar en forma. Una primera fase de 257 escalones os conducirá a la Galería de los Susurros (Whispering Gallery). Después será preciso ascender 119 escalones más hasta la Galería de Piedra (Stone Gallery) y, finalmente, otros 152 para llegar a la Galería Dorada (Golden Gallery), desde donde se puede disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad.

En esta ocasión nosotros no entramos en su interior por razones de agenda y porque ya estaba anocheciendo. Tan solo aprovechamos un momento en que se estaba celebrando misa para asomarnos y echar un vistazo, aunque si optas por esta modalidad "low cost" no podrás pasear a tus anchas por el templo (como es lógico). Si no tenéis problemas de presupuesto y estáis interesados en visitar el interior de la catedral podéis consultar horarios y precios AQUI. Hay también visitas guiadas sin coste extra sobre el precio de la entrada (en inglés).


Imagen nocturna de uno de los laterales
de la catedral

El siguiente punto del recorrido es el corazón financiero de la city. En tan solo una plaza tenemos concentrados el Banco de Inglaterra, la Royal Exchange y Mansion House (5). El Banco de Inglaterra es considerado como uno de los bancos más seguros y fiables del mundo, lo que conlleva que en el interior de sus inexpugnables cámaras se guarden no solo las reservas de oro del Reino Unido, sino también las riquezas de muchos otros países. No obstante, la seguridad de esta institución se vio cuestionada cuando en el año 1836 un empleado comunicó a sus directivos la existencia de un acceso a las sagradas cámaras a través del alcantarillado de la ciudad. Se dice que su honradez le valió la recompensa de 800 libras esterlinas de la época.

Por su parte, el imponente edificio neoclásico de columnas de la Royal Exchange es el lugar donde se ubicaba la antigua Bolsa de Londres, la cual cesó su actividad bursátil en el año 1980 y que en la actualidad es un elegante centro comercial. En su interior y sobre las paredes del primer piso, pueden contemplarse diferentes pinturas realizadas a finales del siglo XIX que retratan la historia de la ciudad de Londres.

Finalmente y frente al Banco de Inglaterra, se encuentra la Mansion House: residencia oficial del Lord Major (o alcalde) de Londres desde mediados del siglo XVIII. Si estáis interesados sabed que puede visitarse el interior del edificio todos los martes a las 14.00h (visitas en inglés, pvp.7 libras, sin reserva, adjudicación por orden de llegada). Para más información pincha en el link: VISITAS.

A tan solo unos minutos caminando desde el corazón financiero de "la city" nos toparemos con el edificio 20 Fenchurch Street (6), conocido popularmente como Walkie Talkie por su peculiar forma. Este rascacielos se hizo mundialmente famoso cuando en el verano de 2013 los rayos del sol proyectados sobre su cubierta llegaron a derretir parte de un coche Jaguar que se encontraba aparcado en las cercanías, lo que obligó a modificar el diseño exterior de la estructura para evitar males mayores.

La planta 35 del Walkie Talkie es conocida por tener el mayor jardín cubierto de Londres, de entrada gratuita, abierto los siete días de la semana pero de acceso limitado. Desde este jardín podréis además contemplar otros rascacielos populares de Londres como "el pepinillo" (Gherkin, 30 St. Mary Axe) o "el rallador de queso" (Cheese grater, 122 Leadenhall Street). Para reservar vuestras entradas podéis pinchar AQUI.


 Vistas del "pepinillo", del "rayador de queso" y de la Torre 42 
desde el edificio Walkie Talkie

Continuando con la ruta prevista, nuestro próximo punto de interés será The Monument (7) , nombre con el que se conoce a la gran columna de piedra ubicada en el cruce de las calles de Monument Street y Fish Street Hill y con la cual se pretende recordar un suceso que marcaría para siempre la historia de la ciudad: el Gran Incendio de Londres de 1666.

Se dice que las tragedias nunca vienen solas y este caso no fue una excepción. Tan solo un año después de la Gran Peste de 1665 que acabó con la vida de unos 100 mil londinenses, lo que parecía un incendio de escasa importancia originado en una pequeña panadería de la calle de Pudding Lane acabó convirtiéndose en una auténtica pesadilla para los habitantes de la "city". Los fuertes vientos, la sequía del verano anterior y la deficiente gestión de la crisis por parte del entonces alcalde de Londres, provocaron que el fuego se propagara con rapidez, destruyendo el centro de la ciudad medieval y dejando sin hogar a miles de personas. Según los datos oficiales de la época 8 personas perdieron la vida en el Gran Incendio. No obstante, hoy en día dichos registros son cuestionados por los historiadores, no pudiendo afirmarse con certeza cuantas víctimas mortales causó la tragedia.


 "Esto una mujer lo apaga orinando encima" - se dice que
fueron las primeras palabras del alcalde de Londres
al ser avisado de la existencia del incendio

The Monument está situado a unos 60 metros del lugar donde se encontraba la panadería en la que se inició el incendio que días después se extinguiría en Pye Corner. Por esta razón, en este último lugar se levantó una estatua de un hombrecillo dorado con una curiosa placa cuya inscripción reza así "Esta figura es en memoria del Gran Incendio de Londres de 1666 causado por el pecado de la gula". Lo extraño de este mensaje se comprende si se tiene en cuenta que el incendio comenzó en una panadería y terminó en una calle llamada Pye Corner (esquina del pastel), lo que muchos interpretaron como una señal de que el fuego no había sido más que un castigo por la glotonería que habían desarrollado los londinenses en los últimos tiempos.
Es posible acceder al interior del monumento (pvp. 4 libras), existiendo también la opción de adquirir la entrada conjuntamente con la del puente de la torre (pvp.10,50 libras). Para más información podéis pinchar AQUI.

A escasos metros del monumento se sitúa la famosa Torre de Londres (8) , una fortaleza fundada en el siglo XI por Guillermo "el conquistador" y actualmente considerada como una de las visitas turísticas imprescindibles de la ciudad. Si bien es cierto que a lo largo del tiempo la Torre de Londres ha desarrollado muy diversas funciones, hoy este conjunto de edificios es conocido principalmente por ser el espacio donde se custodian las joyas de la corona inglesa, y por haber sido el lugar de ejecución de importantes celebridades de la historia de Inglaterra entre las que se encuentran: las esposas del rey Enrique VIII, Ana Bolena y Catalina Howard, el pensador humanista Tomas Moro y la joven Lady Jane Grey, quien fue reina de Inglaterra por tan solo 9 días para finalmente morir decapitada por orden de María Tudor, legítima heredera al trono inglés.


 "La ejecución de Jane Grey" (1833) del francés Paul Delaroche 
recrea los momentos previos a la muerte de la joven de 16 años. 
 Hoy es uno de los cuadros más populares de la National Gallery.

Para más información respecto de la visita a la Torre de Londres podéis pinchar AQUI. Si os animáis a acceder a su interior no os perdáis los recorridos turísticos ofrecidos por los Yeoman Warders, los guardianes de la torre, popularmente conocidos como "Beefeaters".

Como curiosidad decir que, dado que nuestra visita a Londres fue en noviembre y coincidió con el día de los veteranos o Poppy Day, el foso de la Torre se encontraba cubierto de miles de amapolas de cerámica en recuerdo de los militares británicos y de la Commonwealth fallecidos durante la Primera Guerra Mundial. La vista del foso resultaba impresionante y he de decir que me emocionó el respeto que los ingleses tiene por su historia y por sus fuerzas militares.


Después de la guerra, miles de amapolas crecieron en los peores
campos de batalla de Flandes, lo que llevó a compararlas 
con  la sangre derramada en el conflicto. 

Llego el momento de cruzar el Támesis y la mejor forma para hacerlo es atravesando el Puente de la Torre (Tower Bridge) (9), una de las construcciones más fotografiadas de la ciudad. Este puente levadizo de estilo victoriano es a menudo confundido por los turistas con el Puente de Londres (London Bridge) que se encuentra a continuación. Se dice que esto es precisamente lo que le sucedió a un despistado y acaudalado norteamericano en el año 1962. Sin lugar a dudas, Robert p. McCulloch debía pensar que estaba haciendo el negocio de su vida cuando acordó con los ingleses la compra del puente de Londres por 2 millones y medio de libras con la idea de instalarlo en Arizona. Su sorpresa vino cuando, en lugar del precioso puente victoriano, lo que le llegaron fueron los bloques desmontados del antiguo puente de Londres, el cual había devenido inservible para el tráfico moderno y sustituido por el que se puede contemplar en la actualidad.

En el interior del Puente de la Torre se puede visitar una exposición sobre su funcionamiento (pvp. 9 libras). Para más información podéis pinchar AQUI.

Si no os interesa demasiado la mecánica o preferís la opción "low cost", simplemente atravesadlo y disfrutad del panorama hasta nuestro último punto del recorrido: el Acorazado Belfast (10). Este impresionante buque de guerra amarrado en el lado sur del Támesis fue transformado en museo en 1971. Participó en el Desembarco de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra de Corea a principios de los años 50.

Para visitar sus cubiertas, descubrir como era la vida a bordo y sus sistemas de combate podéis pinchar AQUI (pvp.14,50 libras sin incluir donativo).

Por último y antes de despedirnos, no quería irme sin haceros una recomendación a aquellos que sois fans de las tres "bes" (bueno, bonito y barato), ya que muy cerquita del Puente de la Torre y del Acorazado Belfast hay un restaurante italiano bastante chulo y con unas vistas increíbles que no debéis perderos. Se llama STRADA y, aunque es un establecimiento de cadena, nos sorprendió gratamente tanto por su ubicación como por su comida y sobretodo por su precio (bastante asequible para ser Londres, sobretodo si tenemos en cuenta el lugar en que está situado)

Dicho lo cual... nos vemos en la próxima publicación!!! Hasta pronto queridos lectores!!!



Y entonces, me di cuenta de que las aventuras son el mejor camino para aprender ...