martes, 16 de agosto de 2016

Singapur: el Paris del siglo XXI. Crucero nocturno, Barrio colonial y Museo de las civilizaciones asiáticas (4-5 de julio de 2014)


Viernes 4 de Julio de 2014


LLEGADA A SINGAPUR 

Para despedirnos a lo grande de Kuala Lumpur nada mejor que un baño matutino en la piscina de la azotea del Hotel Traders acompañado de un impresionante desayuno en el que se podía degustar comida de un sinfín de países (china, japonesa, hindú...) y que incluía una sección de bollería casera y de quesos franceses que quitaban el hipo (ñam ñam)

Una vez sentimos que habíamos comido lo suficiente, nos dirigimos al Hotel Corus, que era el lugar en el que habíamos quedado para tomar el autobús de Aeroline Bus con destino Singapur. A pesar de que fueron 5 horas de viaje, el trayecto resultó bastante agradable. Los asientos eran muy cómodos e iban dotados de una pantalla similar a la de los aviones de larga distancia en la que puedes ver películas en inglés o escuchar música de diferentes estilos. Además te ofrecen comida para que te entretengas (en Asia todas las horas del día y de la noche son adecuadas para zampar). También nos proporcionaron unos formularios para rellenar y entregar en el control de inmigración con una serie de advertencias que nos dejaron claro que en Singapur no se andaban con chiquitas si te saltabas alguna de sus normas (¿sabíais que en Singapur está prohibidísimo poseer o mascar chicles? :o).

Lo más rollo fue tener que bajar del autobús al llegar a la frontera con Singapur para pasar los controles, pero la verdad es que fue bastante rápido (y además pude pasar mi botellita de licor de la Sierra del Oso sin problemas jeje).

Como anécdota decir que al regresar al autobús había algunos pasajeros que habían desaparecido misteriosamente. Nunca supimos que fue de ellos pero esperamos que no les hubieran pillado haciendo contrabando de Chupa Chups :)


Cuando por fin llegamos a Singapur tuvimos nuestro primer momento de desconcierto guiri en la "cola" de los taxis de la estación de tren. Primero, porque nos costó encontrar la parada, y después, porque el sistema de acceso a los taxis era un poco raro. Había gente que se colaba de pronto sin saber muy bien por qué y otra gente que se subía a los taxis e inmediatamente se bajaban dando explicaciones en una lengua incomprensible para nosotros. Pese a que nos habían comentado que el inglés era el idioma más extendido en Singapur, la verdad es que allí cada cual hablaba lo que mejor le parecía... ¡vaya cacao!

Una vez superada la prueba de los taxis, nos dirigimos al Hotel Pan Pacific en el que nos alojaríamos las próximas 4 noches. Nada más llegar a la recepción y al verme con las flores que nos habían regalado en el Hotel Traders de Kuala Lumpur, uno de los empleados nos preguntó si estábamos de aniversario de bodas (vamos, que nos llamó viejunos en toda la cara jaja). No obstante y al enterarse de que éramos una pareja de recién casados, el pobre hombre quiso subsanar su metedura de gamba trayéndonos dos copas de champagne para celebrar que todavía éramos jóvenes.

Aprovechando la tesitura, el recepcionista nos intentó colar un "paquete especial" con desayuno, cócteles y una habitación con mejores vistas a cambio de 120 euros por persona y día; a lo que sabiamente Abel y yo nos negamos. Posiblemente debieron pensar que éramos un recién estrenado matrimonio triste y rancio pero la verdad es que nos dio igual.

Sea como fuere, en algún momento después de tramitar todo el papeleo logramos subir a la habitación acompañados de un botones indio (con puntito en la frente incluido) que nos llevó las maletas y nos deseó unas bonitas vacaciones mencionando, así como quien no quiere la cosa, la posibilidad de que tras nuestra estancia en el hotel pudiéramos contar con un nuevo miembro en la familia. Tal era su insistencia al respecto que llegamos a sospechar que el buen hombre había sido contratado por mi padre para incitarnos a convertirle rápidamente en abuelo (sin presiones, ¿eh?)

Eso sí, antes de marcharse,  nuestro botones nos proporcionó un sabio consejo al comentarnos que el alcohol del 7-Eleven enfrente del hotel era el más barato de la zona (seguro que alguien le chivó que éramos pobres y que nos habíamos negado a pagar el "paquete especial")


CRUCERO NOCTURNO

Una vez solos, dejamos el equipaje sin deshacer en la habitación decididos a aprovechar al máximo nuestra estancia en Singapur. Nos encaminamos como pudimos hacia el Hotel Fullerton, atravesando Cavennagh Bridge, el único puente colgante de Singapur y también el más antiguo. Llegar hasta allí no fue una tarea fácil teniendo en cuenta que en los alrededores de nuestro hotel no había aceras y que toda la ciudad parece estar conectada a través de laberínticos centros comerciales.

Eso sí, una vez salimos del último de los "malls" pudimos disfrutar de un bonito paseo al atardecer por la bahía de Singapur antes de llegar a nuestro destino.





Al lado del Hotel Fullerton había una pequeña oficina para comprar los tickets para el crucero nocturno por el río Singapur. Aunque nos tocó aguardar un poco, la espera valió totalmente la pena ya que para mí fue una de las experiencias más bonitas y románticas del viaje.





Precisamente durante el crucero nocturno fue cuando nos encontramos por primera vez con Merlion, una criatura mitológica con cabeza de león y cuerpo de pez que se ha convertido en todo un icono turístico de la ciudad de Singapur.


Su nombre proviene de "mer" (mar) y "lion" (león). El cuerpo de pez hace referencia a los orígenes remotos de Singapur, cuando la ciudad no era más que un pequeño pueblo pesquero llamado Temasek, mientras que la cabeza de león hace alusión al nombre de la ciudad "Singapura", que significa "ciudad del león"; llamada así desde que un antiguo príncipe malayo aseguró haber visto a este animal en la isla, considerándolo un signo de buena suerte.

Después del crucero y todavía impresionados por la magnificencia de esta ciudad, nos encaminamos hacia uno de los muelles (Boat Quay) con la idea de buscar un sitio para cenar. Por el camino nos llamó la atención un conjunto esculturas situadas a lo largo del paseo marítimo y que son conocidas con el nombre de "People of the River" (es decir, la gente del río). 

La más famosa, situada muy cerca del Hotel Fullerton y llamada "Primera Generación", representaba a cinco niños jugando y saltando al río en recuerdo de los primeros habitantes de Temasek y de la importancia del río en la vida y desarrollo de la ciudad.

Una vez en Boat Quay, nos dimos una pequeña vuelta para elegir restaurante no sin sufrir un pequeño acoso por parte de los camareros de todos y cada uno de los locales que allí se encontraban. Finalmente, nos decidimos por un italiano llamado Operetta que la verdad es que nos salió algo caro teniendo en cuenta que no nos pusieron demasiada cantidad de comida, pero bueno, lo importante es que estaba rica y sobretodo que el lugar era increíble.


Y por supuesto quedamos especialmente contentos porque estaba claro que no podíamos marcharnos de Singapur sin comer en uno de sus famosos "quays" :) ¡¡objetivo cumplido!!!

Después de cenar, regresamos al Pan Pacific sin saber que todavía nos aguardaba una sorpresa de novios en la habitación :) . Resulta que el amable personal del hotel tuvo la idea de dejarnos una rica tarta de chocolate acompañada de una carta en la que nos felicitaban por nuestro matrimonio y nos agradecían que les hubiéramos escogido como alojamiento para nuestra luna de miel. Todo un detallazo la verdad!!!

De esta forma, tras comernos la tarta y tomarnos un par de cócteles en una especie de cápsulas sobre el agua situadas en el bar del hotel (y no en el 7-Eleven ejem ejem) nos fuimos a descansar soñando con las aventuras que viviríamos al día siguiente en una ciudad que, por el momento, estaba resultando realmente muy prometedora.


Sábado 5 de Julio de 2014


BARRIO COLONIAL


Un día para recordar. Comenzamos la jornada desayunando en el Starbucks del centro comercial que estaba al lado del hotel e inmediatamente después nos encaminamos al barrio colonial de Singapur, es decir, lo que podríamos considerar el centro histórico de la ciudad. Aquí fue donde los primeros inmigrantes que llegaron a Singapur vivieron y trabajaron, y también donde se encontraba la sede del gobierno británico.

Nuestra primera parada fue el mítico Hotel Raffles (1) , construido a finales del siglo XIX en estilo colonial y en cuyo bar se dice que se creó el famoso cóctel Singapur Sling


Tras sacar unas cuantas fotos y soñar con que algún día cuando nos tocara el euromillón nos alojaríamos allí, continuamos nuestro paseo hacia el Civilian War Memorial (2), dedicado a todos aquellos civiles que perdieron la vida durante la ocupación japonesa de Singapur en la Segunda Guerra Mundial (1942-1945).

Los cuatro pilares verticales del monumento, de una altura de 70 metros, recuerdan la tragedia de una guerra que, en esta parte del mundo, se cebó especialmente con la población china. Al pie del memorial, se explica como el 18 de febrero de 1942 los japoneses comenzaron a realizar en Singapur ejecuciones masivas de jóvenes civiles chinos dentro del movimiento conocido como "Sook Ching" (literalmente "purificación" o "eliminación"). Aunque se desconoce con exactitud el número de víctimas que perecieron a causa de esta masacre, la mayoría de las estadísticas las sitúan en torno a las 50.000 personas. Como dato curioso decir que debajo del monumento se encuentran enterrados los restos de fallecidos cuya identificación no ha sido posible realizar hasta la fecha.


El siguiente punto en nuestra ruta fue la Catedral anglicana de San Andrés (3), de estilo neogótico y la más grande del país. En el momento en que nos acercamos por ahí observamos a varias chicas vestidas de azul cielo que parecían ser las damas de honor de una boda religiosa que estaba a punto de celebrarse. La situación era un tanto pintoresca ya que se las veía muy informales (una de ellas llevaba incluso una camiseta blanca de algodón debajo del vestido) y la verdad es que los invitados que se iban acercando tampoco iban con sus mejores galas. De hecho, llegamos incluso a dudar de que se tratara de una boda hasta que nos fijamos en los libros de firmas y otros elementos decorativos que adornaban las mesas del exterior. Está claro que en Singapur no les va nada el postureo bodil que tanto estilamos en nuestra querida España:)



Después de echar un vistazo al templo y sus alrededores, nos encaminamos al edificio del Old Parliament House (4), que fue sede del parlamento singapurense desde 1965 (fecha en que el país se independizó de la Federación Malaya) hasta 1999, año en que la asamblea fue trasladada a un nuevo edificio adyacente. Actualmente el Old Parliament House es un centro de arte en el que se organizan conciertos y exposiciones.


Tras este breve paseo por el barrio colonial, nos dedicamos a la visita "fuerte" de la mañana que esta vez se centraría en el Museo de las civilizaciones asiáticas, uno de los más populares de la ciudad junto con el Museo Nacional de Singapur. Este último, al igual que otros lugares de interés, lo dejamos para otra ocasión por falta de tiempo.

No obstante, para aquellos que dispongáis de algunas horas más (o incluso días) para recorrer el barrio colonial a fondo podéis optar por realizar alguno de las rutas oficiales propuestas por los propios singapurenses y que podéis visualizar en la siguiente imagen (tendréis que aumentarla para que sea legible ya que mi foto no salió muy allá jeje)




MUSEO DE LAS CIVILIZACIONES ASIÁTICAS

Una de las mejores visitas del día. Llegamos justo a tiempo de incorporarnos a uno de los tours guiados que ofrecen en inglés diariamente (también los hay en español un día al mes). Para más información podéis consultar el siguiente link: Guided Tours.
El horario del museo es de 10:00h a 19:00h (del sábado al jueves) y de 10:00h a 21:00h (los viernes). El precio para una entrada general de adulto extranjero no residente es de 8 dólares singapurenses (unos 5 euros y medio aproximadamente) pero si se visita el viernes de 19:00h a 21:00h las tarifas se reducen a la mitad.

Como digo, la visita al museo me encantó y nuestra guía nos enseñó objetos verdaderamente curiosos. El museo está dividido en varias galerías temáticas distribuidas en tres niveles a través de las cuales se pretende ofrecer una idea del rico legado artístico y cultural que nos han dejado los pueblos del continente asiático.

No obstante debéis tener en cuenta que, según se informa en la página web del museo, las galerías se encuentran hoy por hoy en proceso de renovación y reestructuración así que es muy posible que las referencias a la ubicación de los objetos que mencionaré a continuación no se correspondan con su situación real en la actualidad.

Algunos ejemplos de lo que vimos (teniendo en cuenta que durante nuestra visita los departamentos dedicados al arte islámico y a asia occidental se encontraban cerrados) son :


1. Patito de goma. Galería del río Singapur.



Imposible que este curioso objeto pase desapercibido en vuestro recorrido por el museo. Este peculiar patito de goma fue el vencedor de una carrera de patitos de goma celebrada en el río Singapur en el año 2002 con el objetivo de obtener fondos para fines benéficos.

Se trata de una iniciativa un tanto curiosa que se repite periódicamente no solo en Singapur, sino también en otros países como el Reino Unido. La idea consiste en que cada participante en la competición adquiera un patito de goma a cambio de un precio de unos 10 dólares, escriba su nombre en él y lo coloque en el agua esperando que sea el vencedor. En caso de ganar la carrera, su afortunado propietario se ve recompensado con la nada despreciable suma de 1 millón de dólares.

¡Casi nada oiga!


2. Pipa de opio artesana. Galería del río Singapur.



Aunque ahora pueda resultarnos extraño, hasta hace relativamente poco tiempo el opio era un producto que se vendía y consumía habitualmente en la sociedad singapurense del siglo XIX y muy particularmente entre la población china. 

El opio estaba presente en todas partes, tanto en las ricas mansiones como en los decrépitos callejones de la ciudad. Existían incluso locales destinados al consumo de esta droga conocidos como "fumaderos de opio" que se encontraban agrupados en torno al río y cuyo ambiente resultaba bastante siniestro.

Se trataba sin duda de una adicción extremadamente cara. Se calcula que un obrero chino que sufriera adicción al opio podía llegar a gastar dos tercios de sus ingresos para poder adquirirlo, lo que indudablemente acarreaba la ruina de su familia y, a la larga y dadas las consecuencias que este hábito tenía para su salud, su incapacidad para continuar desempeñando actividad laboral alguna.

No obstante y pese a sus perniciosos efectos, el comercio del opio resultaba muy lucrativo para el gobierno británico tal y como se evidenció en las famosas guerras del opio que enfrentaron a China con Gran Bretaña a mediados del siglo XIX y en las que esta última resultó vencedora, lo que supuso que, desafortunadamente, esta droga continuara dominando y destruyendo la vida de muchos ciudadanos chinos (incluidos los que habitaban en Singapur) hasta bien entrado el siglo XX.

La humilde pipa de madera que se expone en el museo de las civilizaciones asiáticas fue probablemente realizada a mano por un trabajador chino que no podía permitirse otros utensilios más elaborados para satisfacer su adicción. Por contraposición y junto a ella, se exhiben otros recipientes ricamente decorados que probablemente pertenecieron a un fumador de opio de una clase social bien distinta a la de aquél, lo que nos recuerda la importante presencia de esta droga en todas las capas de la sociedad.

Finalmente y como anécdota decir que actualmente el tráfico de drogas en Singapur se encuentra castigado con pena de muerte (incluso la posesión de ínfimas cantidades), así que si no podéis pasar sin fumaros un canutillo de vez en cuando lo mejor es que no pongáis un pie en el país por si las moscas. ¡ Avisados quedáis!


3. Tambor de bronce de estilo Pejeng (año 600 - año 300 a. C., Isla de Java, Indonesia). Sudeste asiático (galerías 3, 4 y 4A)


Situado en la galería dedicada a los inicios de la civilización en el sudeste asiático, este enorme tambor de bronce es considerado como una de las joyas arqueológicas del museo. Se dice que es un tambor de estilo Pejeng en alusión a la "Luna de Pejeng",el mayor tambor de este tipo conocido y que se encuentra actualmente en el templo sagrado de la ciudad de Pejeng en el centro de Bali.

Conforme a una leyenda balinesa, la "Luna de Pejeng" era en realidad una de las ruedas del carro que transportaba a la luna cada noche a lo largo del firmamento. Una noche, mientras el carro viajaba por encima de Pejeng, ésta rueda se desmontó y cayó a la tierra aterrizando en un árbol en el que comenzó a brillar como si se tratara de la luna real.

Esta luminosidad molestó a un ladrón que se encontraba en los alrededores, quien para vengarse decidió subir al árbol y orinar encima de la rueda, un sacrilegio que pagaría con su vida. Finalmente, el fabuloso objeto se enfrió, perdió su luz y fue conservado por los habitantes de Pejeng hasta la actualidad, siendo considerado una auténtica reliquia en la cultura balinesa.


4. Cráneo humano decorado por la tribu Dayak (año 1900, Isla de Borneo). Sudeste asiático (galerías 3, 4 y 4A)




Nos encontramos sin duda ante uno de los objetos más siniestros de la colección. Se trata de un cráneo humano decorado y empleado como trofeo por la tribu de los Dayak, nativos de la Isla de Borneo y conocidos popularmente en Occidente como "headhunters" (= cazadores de cabezas) por su costumbre de decapitar a sus enemigos y conservar sus cráneos como elemento decorativo en sus peculiares casas comunales.

Los guerreros dayak creían que la cabeza de sus enemigos, considerada el recipiente del alma humana, les proporcionaba fuerza, poder y reconocimiento hasta el punto de que todo muchacho dayak debía conseguir al menos el cráneo de un enemigo para poder ser considerado un hombre maduro, casarse y sentar la cabeza. Esta sanguinaria costumbre se mantuvo intacta practicamente hasta comienzos del siglo XX, aunque existen historias más recientes en las que los "cazadores de cabezas" se convirtieron nuevamente en protagonistas.

Si os pica la curiosidad y queréis conocer una auténtica historia de supervivencia de un grupo de soldados norteamericanos en la tribu de los dayak durante la Segunda Guerra Mundial podéis pinchar en este link: "Cuando tus anfitriones son cortadores de cabezas".

Como aporte interesante decir que los cráneos no solían ser decorados y que se desconoce por qué motivo el que se expone en este museo lo está. Quizás esta es una de las razones por las que muchos turistas lo consideran una de las piezas más interesantes del museo.


5. Estatuillas de madera de la isla Nías. Sudeste asiático (galerías 3, 4 y 4A)



La isla Nias, situada frente a la costa occidental de Sumatra, nos trae estas curiosas estatuillas de madera relacionadas con la antigua religión de sus habitantes basada en el animismo y en el culto a los antepasados.

En realidad se trata de pequeños recipientes (con tapa y todo) en los que los habitantes de Nias recogían, generalmente mediante el uso de una caña de bambú, el último aliento de sus familiares moribundos. Creían que de esta forma el espíritu del difunto se transfería a la estatuilla, sirviendo como amuleto de protección del hogar y también como recordatorio del pariente fallecido. 

Actualmente esta práctica se encuentra extinguida en la isla dado que la mayoría de los habitantes de Nias se han convertido al cristianismo o al islam. Sea como fuere y tal y como nos comentó nuestra guía, algunas de estas estatuillas se venden hoy por hoy a través de internet a precios desorbitados y es que... ¿qué loco no pagaría 6.000 dólares por tener un espíritu indonesio rondando por su casa?


6. Túnica bordada del Emperador (Dinastía Qing, 1796-1820). China (galería 6)




Esta preciosa túnica de color azul perteneciente a la dinastía Qing (1644-1912) representa 9 dragones inmersos en un paisaje de nubes, montañas y agua. Al igual que el número 9, el dragón dorado con cinco garras en cada pata es un símbolo vinculado a la autoridad imperial por lo que únicamente el emperador, sus familiares y los oficiales de alto rango estaban autorizados a lucirlos en sus vestiduras.

La túnica expuesta en el museo destaca por su extraordinario trabajo de bordado a doble cara y por sus peculiares mangas que recuerdan a las prendas de equitación manchúes. Conviene recordar que fueron precisamente los manchúes los que fundaron la dinastía Qing (la última dinastía imperial) y que esta etnia era famosa por sus grandes habilidades en destrezas como la equitación y el tiro con arco.


7. Estatuas portátiles de los generales Xie y Fan. China (galería 6)



Estas macabras figuras representan a dos generales chinos, el general Xie y el general Fan. El general Xie es más alto que el general Fan y por ello ambos también son conocidos como "el alto y el bajo".

Cuenta la leyenda que ambos amigos quedaron un buen día en verse junto a un río y que el general Fan llegó primero. Mientras esperaba a su colega, la mala suerte quiso que Fan fuera arrastrado por la corriente de las aguas hasta debajo de un puente en el que tristemente se ahogaría. Cuando el general Xie llegó al lugar y descubrió lo que le había ocurrido a su amigo, se suicidó arrojándose al río en un ataque de remordimiento y dolor. Sus terribles semblantes (con las lenguas desproporcionadamente largas) se relacionan precisamente con la forma en que ambos murieron.

Las estatuas que aquí se exponen eran empleadas en las procesiones anuales que se celebraban en Taiwan en honor del Dios de la Ciudad ya que, conforme a la antigua religión china, estos generales eran los encargados de asistir a esta divinidad en su tarea de impartir la "justicia divina" a los pecadores en el inframundo.

Irónicamente estos dos ídolos son venerados hoy por hoy como dioses de la riqueza en la China actual aunque lo cierto es que sus promesas de fortuna son un tanto heterodoxas ya que van dirigidas esencialmente a los participantes en la lotería y juegos de azar.


8.  Pergaminos del inframundo. China (galería 6)



De acuerdo con la antigua religión china el cosmos se componía de tres dominios: cielo, tierra e inframundo. El inframundo era el lugar en el que las almas de los difuntos respondían de los actos que habían realizado en la vida antes de "reencarnarse". Es importante decir que el "inframundo chino" no es equiparable al "infierno cristiano" ya que las almas nunca se quedaban allí de forma permanente e inmutable sino que, antes o después, debían abandonar el "más allá" para reencarnarse y volver de nuevo a la tierra.  

Pese a ello, la estancia en el inframundo podía ser verdaderamente larga para las pobres almas que transitaban por allí ya que estaba previsto que todas ellas desfilaran a lo largo de 10 "infiernos independientes" (los conocidos como los 10 tribunales del inframundo) antes de reencarnarse en la forma que les correspondiera. En cada una de estas etapas y dado que los difuntos debían expiar las acciones realizadas en su vida terrenal, lo habitual es que sufrieran distintos castigos que, lógicamente, resultarían más o menos terribles según la gravedad de las faltas cometidas.

Se creía además que el inframundo era una especie de versión alternativa del mundo terrenal con sus casas, sus jardines, sus tiendas etc. Es por ello que los rituales celebrados por los familiares y descendientes de los difuntos solían ir orientados no solo a que sus parientes transitaran por los 10 tribunales del inframundo lo más rápido posible, sino también a que su estancia resultara relativamente agradable. De ahí que sea frecuente que en muchos templos chinos se compren y se vendan ofrendas de papel representativas de artículos tales como como casas, vehículos o dinero; objetos que, sin duda, pueden resultar muy útiles al difunto durante su periplo en el más allá.

Una vez llegaban al décimo y último tribunal, todas las almas recibían su juicio final y se reencarnaban bien en seres humanos (con una posición social más o menos favorable según sus acciones del pasado) bien en animales (en el caso de que su comportamiento hubiera sido realmente terrible).

Como consuelo decir que algunas almas especialmente virtuosas podían librarse del viaje a través del inframundo y ascender directamente al cielo, lo cual se creía que sucedía en raras ocasiones ya que ello exigía haber llevado una vida completamente ejemplar en la tierra y, para qué negarlo, ello suele ser bastante aburrido.


9. Celosía Jali (Agra, India, s.XVII). Sur de Asia (galerías 7&8)



La palabra "Jali" significa "red" en hindi y hace referencia a un estilo decorativo muy empleado en la arquitectura de la India. Este estilo se caracteriza por el uso de perforaciones en la piedra que permiten la entrada del aire y de la luz en las habitaciones al mismo tiempo que las aislan del calor sofocante propio de dichas latitudes así como de las miradas cotillas del vecino de al lado:)

La celosía expuesta en el museo se puede considerar sencilla ya que ha sido trabajada en piedra arenisca de color rojizo, pero este estilo ha llegado a emplearse en materiales tales como el mármol o las piedras preciosas. 

Aunque esta pieza es considerada como una de las imprescindibles del museo, a nosotros no nos llamó tanto la atención dado que también es muy frecuente observar este tipo de decoración en el arte islámico y, en lo que a nosotros respecta, en el arte hispanomusulmán, por lo que podríamos decir que este tipo de objetos ya nos resultaban bastante familiares (a diferencia de las cabezas cortadas que si nos parecieron más llamativas xd)


10. Somaskanda: escultura de Shiva, Parvati y Skanda (Tamil Nadu, India, s. XIII). Sur de Asia (galerías 7&8)




Este grupo escultórico en bronce representa a los dioses hindúes Shiva y Parvati acompañados de su hijo Skanda (también conocido como Subrahmanya o Murugan). Se trata de una representación del ideal de familia divina que surgió en los siglos IV y V d. C. como una forma de contrarrestar las corrientes filosóficas y religiosas que abogaban por el celibato como el único camino para la salvación.

El Somaskanda es venerado en la región de Tamil Nadu (al sur de la India) tanto por los ascetas como por las jovencitas que lo invocan con el objetivo de conseguir un buen marido. Es la única zona de la India en la que se han encontrado representaciones de estas características.

Como anécdota recordar que el dios Skanda (el hijo) es aquél en honor del cual se celebra el polémico festival del thaipusam al que nos referíamos en nuestro último post al hablar de Kuala Lumpur.



Dicho lo cual y tras este "brevísimo" resumen de nuestro recorrido por el museo, llego la hora de despedirnos no sin antes aportar algunas fotos de regalo (como podéis comprobar teníamos el día tonto jeje), esperando que sigáis compartiendo nuestras aventuras con nosotros. Hasta la vista!





CONTINUARÁ...


lunes, 13 de junio de 2016

Kuala Lumpur, un mundo de sabores (2-3 de julio de 2014)


Miércoles 2 de Julio de 2014



LLEGADA A KUALA LUMPUR 

Si he de decir la verdad, lo cierto es que nuestro viaje de novios no empezó con muy buen pie. Al reservar los billetes de avión por internet con Turkish Airlines nos confundimos y Abel pidió para comer "bland meal" (= menú de dieta), así que durante todo el trayecto tan solo le ofrecieron el típico menú de persona enferma consistente en un trozo de pescado sin condimento alguno y un par de patatas cocidas. Por si fuera poco, resulta que yo también me había pedido "sin querer" un menú especial, el "hindu meal" (menú indio), así que todo lo que le faltaba de "chispa" a la comida de mi marido lo tenía yo en dosis concentradas de especias que se hacían notar hasta en el postre :( aghhhh

No obstante, vivimos un momento de esperanza cuando nos percatamos de que la señora que se sentaba delante nuestro parecía envidiar nuestra comida (sobretodo el menú de enfermos), pero cuando intentamos aprovecharnos de la tesitura para intercambiar los platos, la muy bruja se retractó y se echo para atrás (para mí que en el fondo se estaba riendo de nosotros)...

Durante nuestra escala en Ataturk (que se nos hizo eterna), no nos quedó más remedio que compensar el "bland menu" con un kebab y hacer tiempo ojeando la lonely planet por delante y por detrás. Llegué a la conclusión de que la breve historia de Malasia era un poco liosa y que lo mejor sería dejarse llevar por las impresiones y experiencias que viviríamos sobre el terreno.

Finalmente y después de un segundo trayecto en el que no ayudaron ni nuestros menús especiales ni la actitud de alguno de nuestros compañeros de viaje (hay gente que se pone demasiado "cómoda" sin importar quien tenga al lado), conseguimos aterrizar en suelo malayo sobre las 16:30 (hora local) del día 2 de Julio de 2014.




La primera vez que un viajero llega a Asia es difícil de olvidar. Lo primero que nos llamó la atención fue el calor húmedo y sofocante que inundaba el ambiente y el intenso olor a especias que recorría todos los rincones por donde pasábamos (incluso dentro del propio aeropuerto). Por entonces no sabíamos, aunque lo podíamos intuir, que este continente nos conquistaría para siempre y que nos íbamos a quedar con ganas de volver una y otra vez.

Tras un largo viaje en un "budget taxi" llegamos al Hotel Traders, donde nos recibieron como si acabáramos de llegar a Disneyland (con ramo de flores incluido para celebrar nuestra Luna de Miel). Nos encontrábamos cansados y no disponíamos de demasiado tiempo, así que después de maravillarnos con las espectaculares vistas de las Torres Petronas que se podían contemplar desde nuestra habitación (oh yeah!), optamos por darnos una ducha rápida y subir al Skybar del hotel a tomarnos unos nachos y unos exóticos cócteles. Tenían preparado un reservado para nosotros y, como no podía ser de otra manera, las vistas desde la terraza también eran extraordinarias. Un 10!




Había anochecido hace rato y nos encontrábamos agotados, pero queríamos disfrutar al máximo de nuestra estancia en Kuala Lumpur, así que hicimos acopio de las pocas fuerzas que nos quedaban y nos decidimos por el plan más cómodo posible teniendo en cuenta la cercanía a nuestro hotel: un romántico paseo por el mítico KLCC Park acompañado de una pequeña incursión en el animado barrio de Bukit Bintang.

Al pasear por el parque de KLCC es cuando te das cuenta de que Kuala Lumpur se encuentra realmente construida en mitad de la selva y de que la fusión entre la naturaleza más salvaje y los rascacielos más espectaculares es una de las notas características de esta ciudad. La imagen de las torres petronas iluminadas en medio de toda esa diversidad de especies tropicales es una experiencia que no os podéis perder si viajáis alguna vez a Kuala Lumpur.




Una de las atracciones más populares de este parque es el espectáculo de luces y agua que se realiza en las fuentes del estanque del parque (Symphony Lake Fountain) y en el que mezclan un poco de todo. Desde la música de Titanic hasta composiciones clásicas con un toque bollywood (algo hortera para mi gusto). En cualquier caso, es algo bonito de ver y además gratuito así que no podíamos dejar de pasarnos por allí (de hecho, repetimos al día siguiente).




Para terminar la noche y tal y como habíamos planeado, nos dirigimos a través del túnel subterráneo hacia el barrio de Bukit Bintang, considerado el centro del Triángulo de Oro de Kuala Lumpur. Se trata de una zona famosa por sus cafeterías, pubs y restaurantes que además tiene un mercado de puestos de comida al aire libre en el que el colorido y el desorden reinan por doquier. Desconozco si fue el "jet lag" o el hecho de tener el estómago vacío pero reconozco que ninguno de los manjares que se ofrecían allí me resultó demasiado apetecible.

Un capítulo aparte merecerían los puestos de "durian", la típica fruta malaya, mundialmente famosa por su hedor y curioso sabor. Nosotros no nos atrevimos a probarla pero hubo quien nos comentó que era como comer un potaje de garbanzos, algo un tanto extraño para una fruta. Por fortuna, nunca lo sabremos :)





Jueves 3 de Julio de 2014



"DE TAPAS" POR KUALA LUMPUR


Nuestro plan de la mañana lo teníamos claro. Nos apetecía conocer la ciudad de una manera distinta pero también cómoda y después de mucho bucear en internet la empresa KL Food Experience parecía cubrir todas nuestras expectativas. Esta compañía ofrece un recorrido guiado por Kuala Lumpur en el que, además de impregnarte de la cultura del país, te puedes poner como el "Quico" a base de bien :)

Sus "tours gastronómicos" comienzan en la estación de Bangsar a las 11:00 horas y tienen una duración de 3 horas y media. El precio es de unos 40 euros por persona y, aunque pueda resultar algo caro, yo creo que la experiencia bien lo merece. La visita es en inglés y el recorrido se centra en dos de las zonas más tradicionales de Kuala Lumpur: el barrio de Brickfields y Chinatown.

Nuestro grupo estaba formado fundamentalmente por australianos jubilados y la verdad es que no deben de estar muy acostumbrados a encontrarse con españoles ya que nuestro guía estaba empeñado durante todo el tour en que éramos mexicanos ;)

Comenzamos nuestra ruta por el barrio de Brickfields, conocido popularmente en Kuala Lumpur como "Little India". En él se mezclan la cultura, la música, los olores, el sabor y la tradición de los inmigrantes indios que actualmente constituyen aproximadamente el 10% de la población de la capital de Malasia.

Tras pasar por un cementerio musulmán (no todos los indios son hinduistas) y ponernos un poco en antecedentes respecto de la religión, la historia y la economía del país, nuestro guía nos habló de un tipo de bebida especial conocida como "Teh Tarik", un té típico de Malasia que, aunque no deja de ser un simple té negro mezclado con leche condensada, tiene una forma de preparación bastante curiosa.

Para muestra un botón...




Desde luego, hay que ser muy habilidoso para no poner todo perdido...

Antes de llegar a la calle principal del barrio indio, atravesamos un callejón repleto de puestos de guirnaldas y ofrendas florales en el que nos obsequiaron a las mujeres del grupo con una pulsera de jazmín que nos aseguraron que florecería durante el día pero que lo único que hizo finalmente fue marchitarse (al menos en mi caso) :( 





Una vez pasamos el callejón de las flores, entramos en Jalan Tun Sambanthan (1), la avenida principal del barrio indio. Sorprende por su colorido y por los llamativos establecimientos que inundan cada uno de sus rincones. Entre ellos, centros de masajes y de tratamientos de belleza para novias, tiendas de joyas y abalorios de estilo indio, puestos de golosinas tradicionales y mis favoritas: las boutiques de venta de saris. Preciosos!!!




Nuestro guía aprovechó para explicarnos la razón por la que muchas mujeres indias llevan un punto rojo en la frente. Este punto se conoce como bindi y, aunque en su origen tenía un significado místico y religioso, actualmente muchas mujeres lo llevan por moda. Siempre habrá fashion victims en todas las culturas...jeje

Eso sí, nuestro guía también nos comentó que los bindis de color rojo se reservan tradicionalmente para las mujeres que se encuentran casadas, mientras que los bindis negros se vinculan con la soltería. Parece ser que en el pasado los maridos pintaban el punto en la frente de sus esposas utilizando su propia sangre aunque hoy en día (y afortunadamente para las pobreticas) esta práctica ha sido sustituida por la colocación de pegatinas o adhesivos.

Por cierto, los hombres también pueden llevarlos pero en su caso el punto se llama tikka y su uso está vinculado a motivos religiosos, pudiendo indicar incluso el dios al que profesan su devoción según su forma y características (Shiva o Vishnu fundamentalmente).

Ampliados nuestros conocimientos culturales, llegó el momento de disfrutar de nuestra primera experiencia gastronómica reseñable. Frente a una colorida fuente decorada con figuras de elefantes, nos tocó sentarnos en una mesa en la que nos tenían preparado un plato de arroz con pollo y verduras al estilo indio (aunque un poco menos picante para adaptarlo al gusto occidental). Lo más curioso del asunto es que tuvimos que comer utilizando la mano derecha al igual que el resto de comensales que se encontraban en el local. Nuestro guía nos intentó convencer (sin mucho éxito) de que era mucho mejor comer con las manos que con los cubiertos porque éstos últimos dejaban un gusto a metal en la comida nada apetecible según su criterio. He de decir que la comida estaba muy rica y que como experiencia estuvo bien pero a mi, personalmente, me pareció un poco guarrería tanto pringue. 




Después de lavarnos las manos a conciencia, nos acercamos a un puesto de chucherías indio donde pudimos probar varios tipos de "snacks" tradicionales e incluso llevarnos una bolsita de recuerdo. Me llamó la atención el hecho de que todos eran sabores muy salados a los que no terminé de acostumbrarme.




Continuamos nuestro recorrido con una breve parada en The Hundred Quarters (2), (Jalan Chan Ah Tong, Jalan Rozario) donde nos encontramos con una hilera de casas construidas en la época colonial (1920) con el objeto de acomodar a los empleados del ferrocarril y a otros funcionarios de clase media.

Desde ahí, nos desplazamos hasta un edificio conocido como Vivekananda Ashram (3), una escuela centenaria construida en honor de Swami Vivekananda, un líder espiritual hinduista que visitó Malasia en 1893 y cuyas doctrinas tuvieron una gran influencia en Occidente a principios del siglo XX. En fechas recientes se intentó demoler la escuela para construir un centro comercial, pero gracias a las protestas de los vecinos y de los seguidores de Vivekananda se consiguió parar el proyecto.




Después del momento místico, nuestro guía nos llevó a un puestecillo de empanadillas y fritos variados. En ese momento empecé a encontrarme regular y a sentir un poco de náuseas así que, aunque probé un poco de todo, he de decir que lo que me ofrecieron no me cautivó demasiado. Mientras intentaba aguantar el tipo ante nuestro anfitrión, un espontáneo se me acercó y me preguntó qué le podía recomendar. Por educación le respondí que "a little bit of everything", pero en verdad tenía que haberle instado a abandonar el lugar con un sincero "save your money and run away!there is a Mc Donalds in the corner!!!" Definitivamente parece que los puestos de comida hindú no eran lo mio...

La siguiente parada gastronómica fue un puesto de dulces (ya dudaba de que existieran en este barrio) pero dadas las circunstancias me abstuve de probar bocado, lo cual resultó ser una sabia decisión habida cuenta de que minutos después me encontré vomitando en una bolsa de plástico que, jaleados por nuestro guía, acabamos arrojando en una alcantarilla de la calle sin que nadie mostrara el menor gesto de sorpresa al respecto (nunca entendí por qué me dejé convencer, pero así fue). 

Con mejor cuerpo e intentando salvaguardar la dignidad que me quedaba después de este episodio, nos encaminamos hacia nuestra próxima visita: el templo taoísta de Sam Kow Tong (4), uno de los lugares que más me gustó de nuestro recorrido. Lo que más me llamó la atención fue descubrir que los taoístas compran objetos para que sus parientes fallecidos puedan emplearlos en el más allá. De hecho, pudimos ver cómo se vendían réplicas en papel de coches de la marca Mercedes con su propio número de matrícula. Increíble, ¿no es cierto?




Nuestro guía también nos explicó que cuando los taoístas necesitan tomar alguna decisión trascendente para su vida utilizan un par de piedras en forma de riñones que representan el ying y el yang, las lanzan al aire formulando una pregunta y dependiendo de la forma en la que caen al suelo la respuesta es una u otra. Si las dos piedras quedan de frente significa "no", si cada una queda mirando a un lado significa "si" y si quedan del revés, y según nuestro guía, quiere decir que la pregunta que has hecho es una basura (basically).

Antes de abandonar Brickfields y encaminarnos en metro hacia Chinatown, aquellos que lo desearon pudieron disfrutar de un rico plátano frito (ñam ñam). Yo no me arriesgué por razones obvias, pero la verdad es que me quedé con ganas de probarlo ya que es un postre que me suele gustar bastante. Otra vez será...

Una vez en Chinatown nos dirigimos al templo hinduísta de Sri Mahamariamman (5). Resulta curioso que en el barrio indio visitáramos un templo chino y en Chinatown un templo hinduísta pero si algo nos quedó claro después de conocer Kuala Lumpur es que allí todos se mezclan con todos en una curiosa y apacible armonía.

Sri Mahamariammam es el templo hindú más antiguo de Kuala Lumpur. Data de 1873, por lo que ello nos da una idea de lo moderna que es la ciudad si este edificio ya se considera una antigualla.



En este lugar, nuestro guía aprovechó para hablarnos del Thaipusam, una fiesta religiosa hindú que la comunidad tamil celebra anualmente y durante tres días en honor del dios de la guerra (conocido como Murugan, Kartikeya o Subramaniam, entre otros nombres). Esta festividad conmemora el día en que este dios recibió una lanza de oro de su madre, la diosa Parvati, con la que logró vencer al demonio Soorapadam (vamos, la clásica historia de la victoria del bien sobre el mal).

Para recordar este acontecimiento, los miembros de la comunidad tamil comienzan su peregrinación en el templo de Sri Mahamariamman portando una carroza de plata con la estatua del dios Murugan y de ahí se dirigen caminando al santuario de las cuevas Batú (situadas a unos 13 kilómetros de Kuala Lumpur) para después de dos días regresar otra vez a Sri Mahamariamman.

La cosa no se distinguiría mucho de una etapa del camino de Santiago aderezada con rezos y bailes exóticos si no fuera porque los religiosos más devotos tienen la costumbre de atravesarse la boca, la lengua, la espalda o sus extremidades con ganchos u agujas de metal en los que colocan ofrendas (normalmente flores, frutas o leche) en honor del dios Murugan; provocando un espectáculo fascinante a la par que aberrante si se mira con los ojos de un occidental (a mi desde luego me parece una bestialidad...)

Si alguno tiene curiosidad por ver algunas imágenes de la procesión no tiene más que darle al botón de búsqueda de google e ilustrarse al respecto. Por mi parte, yo prefiero poneros algunas imágenes del interior del templo de Sri Mahamariamman dentro del cual se custodia, por cierto, la carroza de plata con la que se realiza la procesión del Thaipusam.






Nuestro tour guiado terminó en un restaurante chino situado en las inmediaciones de Jalan Petaling (6), más conocida como la calle de las falsificaciones y en cuyos puestos regateamos por una cartera en la que guardar nuestros dineros.

La comida china me gustó mucho más que la hindú, pero creo que los australianos pensaron lo mismo porque les faltó lamer los platos. Eso sí, se despidieron con un cumplido muy curioso diciéndonos que en España cuidábamos muy bien a los perros (nunca sabremos si se referían a España o a México) pero hoy por hoy todavía me pregunto qué es lo que les harán a las mascotas en su país xd


TEMPLOS, MERCADOS Y TORRES PETRONAS.

Una vez nos quedamos solos, aprovechamos para visitar un par de templos chinos que se encontraban en las proximidades. El más importante es el Sze Ya Temple (7), el templo taoísta más antiguo de la ciudad cuya historia se remonta al año 1864. Fue construido por orden de Yap Ah Loy, más conocido como el Kapitan China por razón de su cargo ya que fue designado por el sultán para controlar a los aventureros chinos que habían emigrado al lugar en busca de fortuna. 

Yap Ah Loy es una de las personalidades más destacadas de la ciudad ya que se le considera el fundador de la moderna Kuala Lumpur. De hecho, en el interior del Sze Ya Temple es posible contemplar una estatua de bronce erigida en su honor. Otro dato curioso de este templo es su extraña ubicación, la cual se debe al hecho de que el edificio fue orientado conforme a las normas del feng shui. Aún hoy en día, los empleados de las tiendas situadas en las inmediaciones tienen prohibido sentarse dándole la espalda a la fachada el templo para evitar el mal feng shui.





Cansados de la vida contemplativa, nos encaminamos al Central Market (8), cuyo edificio constituye un ejemplo del estilo art deco de la década de 1930. En su origen fue utilizado como "mercado mojado", un espacio típico de muchos países asiáticos en el que, entre otros productos alimenticios, se vendían animales vivos que podían ser comprados tal cual por los clientes o bien sacrificados y limpiados en el momento (al gusto del consumidor). En teoría, esta clase de prácticas pretendía garantizar la calidad y frescura de los productos, pero lo cierto es que no dejaban de ser una fuente inagotable de plagas y enfermedades variadas (aparte de ser, a mi modo de ver, un espectáculo bastante desagradable)

Actualmente el Mercado Central es un lugar muy turístico en el que comprar recuerdos, obras de arte u objetos de artesanía local.

Nuestra siguiente parada fue Merdeka Square o Plaza de la Independencia (9), lugar en el que se proclamó la independencia de Malasia respecto del Reino Unido en 1957. En torno a la plaza se encuentran varios edificios de interés entre los que destaca la Kuala Lumpur City Gallery, un pequeño museo en el que se puede contemplar una impresionante maqueta de la ciudad. 

Justo al lado del museo se encuentra la famosa escultura de "I love KL" con la que no podéis dejar de sacaros una fotografía si, como a nosotros, os gusta coleccionar esta clase de guiri-recuerdos ;)



Por si os interesa, aquí podéis consultar un plano con los diferentes edificios que rodean la plaza de la independencia...




Después de dar una vuelta por los alrededores de la plaza y de sacar unas cuantas fotografías (he de decir que la plaza no es excesivamente fotogénica), regresamos en metro a la zona de nuestro hotel para descansar un poco antes de disfrutar de la que es considerada la visita más imprescindible de Kuala Lumpur si se dispone de tan solo unas pocas horas en la ciudad. Me refiero, claro está, a las famosísimas Torres Petronas (10), que deben su nombre al hecho de ser la sede de la compañía petrolera malaya "Petronas" y que hoy por hoy son las torres gemelas más altas del mundo.

Teníamos las entradas reservadas para las 19:15 horas y creo que acertamos plenamente con la hora, ya que coincidía justo con el anochecer y las vistas resultaban impresionantes...






Las Torres Petronas fueron diseñadas por el arquitecto argentino César Antonio Pelli, quien se inspiró en elementos del arte islámico para su construcción.




Agostados pero satisfechos por lo bien que habíamos aprovechado nuestro escaso día y medio en Kuala Lumpur, culminamos la velada con una cena en el Ben´s del centro comercial Suria KLCC. Se trata de una franquicia en la que ofrecen comida internacional y que presenta la particularidad de tener en cada mesa una cajita con tarjetas en las que se proponen temas de conversación a los comensales (cómo si lo necesitara... JA!).




La anécdota de la noche fue mi cara de decepción al creer que había pedido un arroz tradicional hindú y comprobar que lo que me correspondía era una sopa aguada de color amarillo curry con todas las sobras de la semana :(


Menos mal que después lo compensamos con un buen brownie!

Nos despedimos de Kuala Lumpur sabiendo que aún nos quedan muchas cosas pendientes por conocer y que volveremos en cuanto tengamos la menor oportunidad. Al fin y al cabo es un excelente punto de partida para cualquier ruta que se realice por el sudeste asiático, por lo que no teníamos ninguna prisa en agotar todas las posibilidades que nos ofrece.

Para aquellos que vayáis a estar más días en la ciudad os recomiendo que visitéis la siguiente página: City Walking Trails. En ella encontraréis diferentes recorridos para hacer a vuestro aire por Kuala Lumpur y también por otras zonas de Malasia.

Y esto es todo por hoy :) Espero que os haya gustado nuestra breve incursión en Kuala Lumpur y que nos sigáis visitando para conocer más detalles sobre nuestro primer viaje por el sudeste asiático. Hasta la vista chic@s!!!






lunes, 4 de enero de 2016

Honeymoon en el Sudeste Asiático. Introducción.




Hemos hecho tantos viajes interesantes últimamente que realmente no sabía con cual comenzar la siguiente serie de publicaciones. No obstante y después de pensarlo un poco me he dicho... ¿acaso hay un viaje más especial que el que se elige para la Luna de Miel? 

Yo diría que no. Y por eso me he decidido a desempolvar mis notas, a recuperar las fotografías que con tanto entusiasmo tomamos y a compartir nuestra magnífica experiencia con vosotros por si acaso alguno se anima a seguir nuestros pasos (jeje).

A la hora de preparar nuestro viaje teníamos claras dos cosas. La primera de ellas: que no queríamos depender de una agencia (con el mayor coste que ello conlleva) y que preferíamos organizar las visitas a nuestro aire (¡¡¡libre albedrío!!!). La segunda: que deseábamos ir a un destino desconocido para ambos, distinto a lo que habíamos visitado hasta el momento, que nos ofreciera seguridad y que, al mismo tiempo, nos permitiera darnos algún que otro lujo propio de lo que se supone que debe ser un viaje de novios (para según que cosas soy muy clásica :) ).

Asia parecía la mejor opción y, después de investigar un poco (aunque no demasiado por las buenas referencias que ya teníamos), escogimos cuatro destinos muy distintos entre sí y que nos iban a sorprender y enamorar por partes iguales: Kuala Lumpur, Singapur, Bali y Lombok.

Pero antes de comenzar a enrollarme con cada una de ellas, comencemos con algunos datos prácticos...


FICHA TÉCNICA


Fechas: Del martes 1 de Julio al jueves 17 de Julio de 2014.

Tipo de viaje: Luna de Miel, en pareja, sin niños.

Transporte: Volamos desde Madrid al aeropuerto de Kuala Lumpur con Turkish Airlines haciendo escala en el aeropuerto de Ataturk (Estambul). El billete de avión (ida y vuelta) nos costó unos 550 euros por persona (incluidas maletas).

Tras pasar un par de días en Kuala Lumpur (del 2 al 3 de julio) nos trasladamos a Singapur en un autobús "pijo" :) con la compañía Aeroline Bus (pvp. unos 20 euros por persona aproximadamente). En Singapur nos quedamos un total de cuatro días (del 4 al 7 de julio).

El 8 de julio tomamos un avión desde Singapur al aeropuerto de Denpasar en Bali con la compañía Air Asia. El vuelo (sin escalas) duró aproximadamente dos horas y media y nos costó unos 130 euros por persona. No salió más caro de lo normal porque habíamos comprado los billetes con otra compañía aérea que quebró pocas semanas antes del viaje y no tuvimos mucha opción. En Bali estuvimos cinco días (del 8 al 12 de julio).

Para trasladarnos a Lombok y dado que queríamos evitar coger tantos aviones, nos decidimos por contratar un barco rápido que negociamos con nuestro guía de Bali y que nos costó unos 30 euros por persona. El precio incluía el traslado desde nuestro hotel (situado en Ubud) al puerto de salida. No obstante, si investigáis un poco veréis que existen ofertas más económicas en Internet (unos 10 euros el billete), pero dada nuestra situación preferimos no arriesgarnos y que nos lo dieran todo hecho. En Lombok estuvimos cuatro días (del 13 al 16 de julio).

Finalmente, el 17 de julio volvimos a tomar un avión de Air Asia para viajar de Lombok a Kuala Lumpur. El vuelo (sin escalas) duró aproximadamente unas tres horas y nos costó unos 45 euros por persona. Desde ahí ya enlazamos con el vuelo de regreso a Madrid.

Alojamientos: Al tratarse de un viaje especial, miramos cuidadosamente los alojamientos buscando que se salieran un poco de aquello a lo que estamos acostumbrados en nuestros viajes (o un mucho jeje), pero intentando ajustarnos a un precio razonable. Nuestros elegidos fueron:


- Hotel Traders en Kuala Lumpur (2 noches). Nuestra llegada a este hotel fue como entrar en el paraíso después del largo viaje que nos habíamos pegado. Destacaría la super terraza con piscina (que por la noche hacía la veces de bar "pijo"), el desayuno (había absolutamente de todo lo que podáis imaginar), las vistas desde la habitación (que daba directamente a las torres petronas) y las flores que nos regalaron como detalle por nuestra Luna de Miel. Fabuloso! 


Vista de las Torres Petronas desde nuestra habitación
en el Traders


- Hotel Pan Pacific en Singapur (4 noches). Singapur es un país bastante más rico que Malasia y ello se nota también en los precios de los hoteles, que se aproximan "peligrosamente" a los de las grandes capitales europeas. Se trata de un hotel moderno con una estupenda ubicación en Marina Bay (la zona de negocios) y en el que fueron muy detallistas con nosotros al enterarse de que viajábamos en nuestra Luna de Miel. Nos recibieron con una copa de champagne, nos proporcionaron un dormitorio mejor que el que habíamos contratado y, en plan sorpresa, nos dejaron una tarta de chocolate en la habitación que estaba riquísima. Si no fuera por sus tarifas (que de lo prohibitivas que eran nos impidieron contratar la habitación con el desayuno) lo pondría a la altura del Traders. Por suerte, había un "starbucks" estratégicamente situado en las cercanías que nos salvó del apuro :)


Un delicioso detalle singapuriense :)


- Kajane Yangloni en Ubud-Bali (5 noches). Guardo un recuerdo maravilloso de nuestra preciosa villa de madera con su cuarto de baño al aire libre, donde podíamos darnos duchas naturales tipo anuncio de "Timotei". Kajane Yangloni me pareció un auténtico oasis perdido en medio del tumulto y el bullicio de Bali (aunque no os lo creáis, es una isla super poblada y, por momentos, puede ser bastante agobiante y ruidosa). Con motivo de nuestra Luna de Miel, tuvieron el detalle de decorar la cama y la bañera con pétalos de rosa, lo que lo convirtió en el hotel más romántico de todos aquellos en los que nos alojamos durante el viaje. Por si fuera poco, nos servían el desayuno en nuestra villa particular a la hora que quisiéramos y, todo ello, aderezado con curiosas y bonitas ofrendas que nos encontrábamos cada día en nuestra puerta. Me encantó!


Nuestro nidito de amor en Bali :)

- Qunci Villas en Senggigi-Lombok (4 noches). Otro hotelazo espectacular situado al lado de la playa y con una piscina de borde infinito de las que quitan el hipo. La habitación era quizás la más"normalita" de todas las que habíamos ocupado hasta ese momento, pero las instalaciones comunes eran increíbles. Además de las piscinas, me encantaron los restaurantes del hotel (que tenían un gran nivel), el spa y los desayunos a pie de playa mirando al mar. Espectacular!


Un paraiso llamado Lombok


Estructura del diario:  Además de esta breve introducción, este diario de viaje consta de las siguientes etapas:


Espero que disfrutéis de este diario tanto como yo escribiéndolo. Poder compartir con vosotros todo lo que vivimos en estos lugares tan increíbles es casi como viajar de nuevo. Muchas gracias por leerme y hasta pronto queridos viajer@s!!!