Llegó el año nuevo y con él, la época de los buenos propósitos y de las mejores intenciones entre las que, en mi caso, se encuentra la de volver a dar algo de vidilla a este espacio que últimamente tengo tan abandonado. Y la verdad es que no se me ocurre mejor manera de actualizar este blog que con el relato de nuestra última escapada de otoño: tres días y medio de turisteo intenso-intensísimo en Londres, como a mi verdaderamente me gusta, de la mano de mi Tico y disfrutando de la ciudad como nunca antes lo habíamos hecho.
Pero comencemos por el principio...
DIA 1. RUTA DE LA MAÑANA: LOS IMPRESCINDIBLES.
Vista del Parlamento Londinense desde
el Puente de Westminster.
Podéis descargar un plano del recorrido pinchando AQUÍ.
Empezamos nuestra ruta en la popular y concurrida plaza de Covent Garden (1). El nombre de la plaza ("El jardín del convento") hace referencia a sus orígenes remotos, ya que durante la Edad Media este emblemático lugar no era más que un huerto que pertenecía a un convento vinculado a la Abadía de Westminster.
Posteriormente, a mediados del siglo XVI y bajo el reinado de Enrique VIII, dichas tierras de cultivo fueron confiscadas y cedidas al Conde de Bedford hasta que, aproximadamente un siglo después, uno de sus descendientes decidió convertirlas en la primera plaza pública moderna de la ciudad de Londres.
A raíz del Gran Incendio acontecido en la ciudad en el año 1666, muchos comerciantes que habían visto sus negocios reducidos a cenizas se trasladaron a esta zona, en la que se instaló un mercado permanente de frutas y verduras hasta la década de los 70; momento en el que, como consecuencia del aumento del tráfico urbano, se decidió desplazar este popular mercado a la zona sur de la ciudad.
Hoy en día, las frutas y verduras han dado paso a las tiendas y boutiques de moda y de cosmética, a los restaurantes, a los bares, a las cafeterías y a los puestos de artesanía. Asimismo y para los adictos a las golosinas, decir que en el mercado podrán encontrar una "sucursal" de la famosa pastelería parisina La Durée, donde se pueden degustar dulces como los macarons (tan de moda en los últimos tiempos).
Antes de abandonar la zona conviene echar un vistazo a St. Paul´s Church (Iglesia de San Pablo, también conocida como la Iglesia de los actores por su vinculación con el mundo del teatro) así como a la Royal Opera House (Ópera Real) donde se ofrecen (previo pago y en inglés) varios circuitos para aquellos que estén interesados en recorrer el edificio por dentro.
El mercado de artesanía de Covent Garden es un lugar agradable
para dar un pequeño paseo y curiosear entre sus puestos.
Tras merodear un poco por los alrededores de la plaza y dejando a un lado la Iglesia de San Pablo, atravesamos King Street hasta desembocar en la avenida principal de St. Martin´s La. donde el siguiente punto de interés con el que nos encontramos es precisamente la Iglesia de St. Martin in the Fields (2) (Iglesia de San Martín del Campo) situada junto a Trafalgar Square (Plaza de Trafalgar).
Lo primero que nos llama la atención de esta Iglesia es que cuenta con una cripta-pub-tienda de recuerdos muy poco frecuente en los templos religiosos de nuestro país. Este dato que, a priori puede resultar curioso, tiene una explicación muy sencilla y es que en el Reino Unido no existe una financiación directa de las confesiones religiosas (ni siquiera de la anglicana, que es la religión oficial del país), por lo que dichas entidades se ven en cierta manera obligadas a buscar otros medios para obtener recursos económicos y desarrollar su labor (todo ello sin perjuicio de que gocen de ciertos beneficios tributarios y exenciones fiscales).
Para los amantes de la música también conviene destacar que St. Martin in the Fields ofrece conciertos de música clásica y veladas de jazz que pueden consultarse en su página web.
Para los amantes de la música también conviene destacar que St. Martin in the Fields ofrece conciertos de música clásica y veladas de jazz que pueden consultarse en su página web.
Junto a la Iglesia de San Martín del Campo encontramos la archiconocida Trafalgar Square (3), presidida por el imponente edificio de la Galería Nacional (National Gallery), uno de los mejores museos de la ciudad de Londres (o al menos uno de mis favoritos)
La plaza de Trafalgar recibe su nombre de la famosa batalla de 1805 en la que la Armada Británica, liderada por Horatio Nelson, derrotó a franceses y españoles durante las guerras napoleónicas. En su centro, flanqueada por cuatro estatuas de leones de bronce, se alza la célebre columna del almirante, que perdió la vida en pleno combate
Como anécdota decir que, si bien lo habitual en la época era lanzar a los marinos fallecidos al mar, en esta ocasión y al tratarse de un héroe nacional, se decidió trasladar el cuerpo de Nelson conservado dentro de un barril de brandy a fin de que pudiera ser enterrado con todos los honores. Se cuenta que cuando el barril llegó a Inglaterra, no quedaba ni gota de alcohol, por lo que se sospechó que los marineros habían tomado algún que otro chupito de "almirante" durante la travesía. Hoy en día se puede visitar la tumba de Horatio Nelson en la cripta de la Catedral de San Pablo.
Antes de abandonar el lugar, conviene fijarse en dos curiosidades. La primera se sitúa en la esquina sureste de la explanada de Trafalgar, donde encontraremos lo que a simple vista parece ser una farola con una extraña puerta. En realidad se trata de la que, seguramente, es la comisaría de policía más pequeña del mundo: una diminuta habitación con apenas espacio para dos personas (de pie) dotada de un teléfono que presuntamente establecería un contacto directo con Scotland Yard.
En la comisaría más pequeña del mundo tan solo caben dos
personas de pie. Fuente: Matt Brown, sin modificaciones,
La segunda curiosidad salta a la vista incluso para los menos observadores. Basta pararse un momento para darse cuenta de que uno de los cuatro pedestales de las esquinas de la plaza de Trafalgar (el llamado "cuarto plinto") está ocupado por un extraño y llamativo inquilino: un enorme gallo gigante de color azul intenso!
El gallo azul eléctrico de Trafalgar Square no deja indiferente
a nadie. Fuente: Germán Poo-Caamaño, sin modificaciones,
Inicialmente, este pedestal fue concebido (al igual que sus hermanos) para albergar la estatua de un célebre personaje de la historia de Inglaterra (en este caso del rey Guillermo IV). No obstante, la falta de presupuesto y los vaivenes políticos posteriores hicieron que la idea original fuera poco a poco abandonada, lo que supuso que el pedestal permaneciera vacío durante largo tiempo.
En el año 1999 la Real Sociedad para el Fomento de las Artes decidió dar un vuelco a esta situación a través de un proyecto innovador: el proyecto del cuarto plinto o Fourth Plinth Project, el cual pretende dar un uso a este pedestal permitiendo su utilización por diversos artistas contemporáneos para la exposición temporal de sus obras.
Por tanto, la extraña estatua del ave no es más que una de las obras elegidas para ser exhibida en el famoso cuarto plinto durante un tiempo limitado y a la cual han precedido otras muchas y curiosas que pueden consultarse en el siguiente enlace: las obras del cuarto plinto.
Sea como fuere y desde la llegada del gallo azul a Trafalgar Square, su presencia no ha estado exenta de polémica dado que algunos han querido ver en él una clara provocación por considerar del todo punto inadecuado que uno de los símbolos de Francia sea expuesto a la sombra del almirante Nelson en una plaza que conmemora una histórica victoria contra los franceses.
Su autora, la alemana Katharina Fritsch, ha salido en defensa de su obra manifestando que su escultura representa la victoria del feminismo y que lo que en realidad pretendía era jugar con el doble significado de la palabra "cock" (que en inglés significa tanto "gallo" como "pene"), parodiando de esta manera tanto a las figuras masculinas representadas en el centro y en las otras tres esquinas de la plaza como a todos los artistas que la precedieron (también varones) y reivindicando así, a través de su gallo azul eléctrico, un cambio de roles en la sociedad actual.
Abandonamos Trafalgar Square tomando la calle de Pall Mall (4) en dirección a St. Jame´s Palace, donde se encuentra el siguiente punto de interés de nuestra ruta. Mientras recorremos dicha avenida conviene fijarse en los diferentes edificios que la rodean, la mayoría de los cuales son "clubes de caballeros", lugares que gozaron de un gran esplendor en la época comprendida entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Entre ellos destacan el famoso Club Ateneo (Athenaeum, 107 Pall Mall), el Reform Club (104 Pall Mall), lugar en el que el personaje literario de Philleas Fogg haría su famosa apuesta antes de dar la vuelta al mundo en 80 días y el Royal Automobile Club (el Real Club del Automóvil, 89 Pall Mall).
En esta zona también podemos encontrar algunas tiendas que muestran orgullosas el "royal warrant" o "sello de reconocimiento real" que indica que el establecimiento es proveedor habitual de bienes y/o servicios a la casa real británica, lo que proporciona a estos negocios un estatus de calidad y distinción al tiempo que generalmente los convierte en comercios no aptos para todos los bolsillos.
Como curiosidad decir que la marca hunter (si, si...esa que últimamente está hasta en la sopa) tiene dos sellos reales, uno proveniente del duque de Edimburgo y otro de la Reina Isabel II. Asimismo y aunque parezca que sus famosas botas son el último grito en cuanto a moda pluvial se refiere, lo cierto es que su primer éxito de ventas se remonta al año 1981, fecha en que fueron popularizadas por la princesa Diana de Gales llegando a quedar agotadas en todos los establecimientos.
Si continuamos bajando Pall Mall llegaremos a St. Jame´s Palace (5). Este palacio fue construido a mediados del siglo XVI bajo el reinado de Enrique VIII y fue residencia de los monarcas ingleses hasta que la reina Victoria decidió trasladarse a mediados del siglo XIX al palacio de Buckingham.
No obstante, el palacio de St. James sigue teniendo la consideración de residencia oficial del monarca británico y es uno de los lugares de Londres en los que se puede ver el famoso "cambio de guardia", una ceremonia a través de la cual los nuevos guardias reemplazan a los antiguos en sus labores de protección de la realeza acompañados de desfiles y de música militar.
El cambio de guardia se efectúa a las 11:30 horas en Buckingham (a las 11:15 y 12:05 en St. James) todos los días de abril a julio y en días alternos y si las condiciones climatológicas no lo impiden, de agosto a marzo. Para consultar los días en que se realiza el cambio de guardia puedes pinchar aquí: changing the guard.
Junto al palacio de St. James se encuentra Clarence House, mansión construida a principios del siglo XIX en la que actualmente residen el Príncipe Carlos, su esposa Camilla y el príncipe Harry.
Continuamos nuestro recorrido bajando por "The Mall" hacia el Palacio de Buckingham. Esta avenida se caracteriza por su color rojo, el cual pretende crear un efecto de alfombra roja gigante de entrada al Palacio, así como por su longitud, ya que busca servir como pista de despegue improvisada en caso de que fuera necesario evacuar por razones de urgencia al monarca o a los altos cargos del gobierno.
Tras haber descendido por "The Mall" nos encontraremos con imponente Memorial de la Reina Victoria (6), escultura dedicada a la soberana que con su largo reinado (63 años y 7 meses) dio nombre a toda una época. Como dato curioso decir que hay quien se refiere a esta reina como "la abuela de Europa" dado que 26 de sus 42 nietos se casaron con otro miembros de la realeza o nobleza europeas. De hecho, y aunque os pueda resultar sorprendente, tanto nuestro Rey Juan Carlos como nuestra Reina Sofía son tataranietos de Victoria.
Memorial de la Reina Victoria (1911). Fuente: David P. Howard,
sin modificaciones, www.geograph.org.uk/photo/2553589
Frente al Queen Victoria Memorial se sitúa el famosísimo Palacio de Buckingham (7), construido a principios del siglo XVIII para el Duque de Buckingham y poco después adquirido por el Rey Jorge III para después convertirse en residencia oficial de la familia real cuando la reina Victoria decidió mudarse allí en 1837.
El palacio se vio envuelto en una gran polémica en el año 1997 que implicó un importante cambio en los protocolos reales. Hasta ese momento la norma era que si la reina se encontraba en el palacio ondeaba en lo alto del edificio el estandarte real, pero en el caso de que se encontrara fuera de la residencia oficial, el protocolo establecía que no podía colocarse ninguna bandera en su fachada.
Cuando murió Lady Di el 31 de Agosto de 1997, la reina Isabel II se encontraba fuera de la ciudad por lo que, conforme a la tradición, ninguna bandera ondeaba en el palacio de Buckingham. Las duras críticas no se hicieron esperar ya que muchos británicos consideraron una ofensa el hecho de que no se mostrara una bandera a media asta en señal de luto oficial. La opinión pública se caldeó hasta tal punto que la reina Isabel II se vio "medio obligada" a romper el protocolo y ordenar que se izara a media asta la Union Jack (la bandera del Reino Unido) en señal de duelo durante el entierro de Diana.
Por tanto, si deseamos saber si la reina se encuentra fuera del palacio simplemente tenemos que echar una mirada hacia Buckingham y comprobar si ondea la Union Jack o el Estandarte Real y saldremos de dudas.
El estandarte real indica que su majestad está en casa con la
batamanta y las pantuflas puestas.
La Union Jack nos dice que la reina se ha ido de jarana
y que no podremos pasarnos por su casa para saludarla.
Junto a Buckingham se encuentra el romántico Parque de St. James´s (Parque de San Jaime) (8). Merece la pena dar un pequeño paseo alrededor del lago de St. James´s mientras nos acercamos a Horse Guards Parade y aprovechar para sacar unas cuantas fotos (desde el puente peatonal sobre el lago hay una vista preciosa del palacio de Buckingham).
Lo más habitual es que nos crucemos con unas cuantas ardillas en nuestro camino y que conforme nos acerquemos al lago nos veamos rodeados de pelícanos, patos, cisnes, gansos y otras aves diversas.
Vista de Horse Guards Parade desde el Parque de St. Jame´s.
Una vez hayamos atravesado el parque llegaremos a Horse Guards Parade (9), un campo de desfile rodeado de edificios donde también se puede disfrutar del espectáculo del cambio de guardia o simplemente sacarse unas fotos con los inmutables guardias a caballo (tan inmóviles que parecen estatuas).
Tened muy en cuenta, eso sí, la educada advertencia que figura en el letrero colgado a su lado: "Beware. Horses may kick or bite! Thank you." o, lo que es lo mismo, "Tenga cuidado. Los caballos pueden patearle o morderle. Gracias."
Por si las moscas yo no me aproximaría demasiado ;)
Volviendo a la explanada y justo al lado de Horse Guards Parade está la casa del Primer Ministro, más conocida como No 10 Downing Street. No os ilusionéis demasiado porque apenas se ve nada desde que el gobierno de Margaret Thatcher decidiera en 1989 colocar unas enormes puertas negras y metálicas para proteger la residencia de posibles ataques terroristas.
Muy cerquita del número 10 de Downing Street y bajando hacia el Parlamento por Horse Guards Road nos cruzaremos con el búnker de Churchill o las Churchill War Rooms (10), hoy convertido en uno de los museos más populares de Londres.
En este lugar el Primer Ministro Churchill, en compañía de los altos cargos del gobierno y del ejército británicos, se refugió y planeó la caída de Hitler durante la II Guerra Mundial creyéndose a salvo de las bombas de la Luftwaffe. Sin embargo, posteriormente se demostró que si la construcción hubiera recibido un impacto directo se habría desplomado sobre sus cabezas cambiando muy probablemente el rumbo de la historia.
Tras dejar atrás el búnker de Churchill nos encontraremos con la Plaza del Parlamento (Parliament Square) desde donde se divisa el fabuloso Big Ben junto a las Casas del Parlamento, sin duda una de las imágenes más míticas de Londres. No obstante y antes de acercarnos al Parlamento, es recomendable detenerse a admirar la grandiosa Abadía de Westminster (11).
Esta catedral anglicana es célebre por ser el lugar tradicional para las coronaciones y entierros de los monarcas británicos. A excepción de Eduardo V (que fue asesinado) y Eduardo VIII (que abdicó) todos los soberanos británicos han sido coronados en este lugar desde Guillermo I el Conquistador (año 1066), y la mayoría de los monarcas (incluidas las reinas Isabel I, María Tudor y María Estuardo) también se encuentran enterrados en este templo.
La imponente Abadía de Westminster
En nuestro primer día de ruta no entramos dentro de la Abadía dado que teníamos planeada esta visita para la mañana del tercer día. Por ese motivo no voy a entrar en detalles ni a revelar sus secretos en este artículo (me lo reservo para futuras publicaciones jeje).
Si estáis interesados en visitarla os recomiendo que le echéis un vistazo a su página web para consultar los horarios de apertura ya que la agenda de la Abadía es un tanto irregular y os podríais encontrar con la desagradable sorpresa de que estuviera cerrada el día en que habíais planificado vuestra visita.
Dejando a un lado Westminster Abbey nos encaminamos a las Casas del Parlamento (Houses of Parliament) (12), también conocidas como Palacio de Westminster. Se trata de un edificio de singular belleza que acoge a las dos cámaras del parlamento del Reino Unido: la Cámara de los Lores (House of Lords) y la Cámara de los Comunes (House of Commons).
La Cámara de los Comunes sería el equivalente a nuestro Congreso de los Diputados y es el único lugar de Londres en que la Reina de Inglaterra tiene prohibida la entrada. La razón de esta restricción se remonta a mediados del siglo XVII cuando su predecesor el Rey Carlos I, tras ser duramente criticado por varios parlamentarios en una de las sesiones de la Cámara, decidió acudir al Parlamento para apresarlos, no logrando su objetivo gracias a un chivatazo que permitió a los diputados escapar de las garras del airado monarca, quien finalmente acabaría siendo decapitado tras la Revolución Inglesa dando paso al único periodo republicano de la historia de Inglaterra bajo el mandato de Oliver Cromwell.
Con la finalidad de recordar a los ciudadanos la independencia e inviolabilidad de su Parlamento, todos los años durante la apertura del año parlamentario presidido por la Reina en la Cámara de los Lores, ésta se ve obligada a enviar un emisario (Black Rod) a la Cámara de los Comunes para que a su vez éste pueda invitar a los diputados a escuchar el discurso de la Reina quien, como anteriormente dijimos, tiene prohibida la entrada en la Cámara de los Comunes.
En el momento en que el emisario se acerca a la puerta de la Cámara de los Comunes es recibido con un portazo en los morros, debiendo tocar la puerta tres veces con un bastón en señal de paz para que ésta se vuelva a abrir y poder cumplir así su cometido.
Si tenéis curiosidad podéis ver un video de la apertura del año parlamentario del año 2013 AQUI . Y si lo que os apetece es ver parte del interior del Parlamento de forma libre y gratuita, que sepáis que existe la opción de asistir a alguna de sus sesiones.
Si estáis interesados en visitarla os recomiendo que le echéis un vistazo a su página web para consultar los horarios de apertura ya que la agenda de la Abadía es un tanto irregular y os podríais encontrar con la desagradable sorpresa de que estuviera cerrada el día en que habíais planificado vuestra visita.
Dejando a un lado Westminster Abbey nos encaminamos a las Casas del Parlamento (Houses of Parliament) (12), también conocidas como Palacio de Westminster. Se trata de un edificio de singular belleza que acoge a las dos cámaras del parlamento del Reino Unido: la Cámara de los Lores (House of Lords) y la Cámara de los Comunes (House of Commons).
La Cámara de los Comunes sería el equivalente a nuestro Congreso de los Diputados y es el único lugar de Londres en que la Reina de Inglaterra tiene prohibida la entrada. La razón de esta restricción se remonta a mediados del siglo XVII cuando su predecesor el Rey Carlos I, tras ser duramente criticado por varios parlamentarios en una de las sesiones de la Cámara, decidió acudir al Parlamento para apresarlos, no logrando su objetivo gracias a un chivatazo que permitió a los diputados escapar de las garras del airado monarca, quien finalmente acabaría siendo decapitado tras la Revolución Inglesa dando paso al único periodo republicano de la historia de Inglaterra bajo el mandato de Oliver Cromwell.
Con la finalidad de recordar a los ciudadanos la independencia e inviolabilidad de su Parlamento, todos los años durante la apertura del año parlamentario presidido por la Reina en la Cámara de los Lores, ésta se ve obligada a enviar un emisario (Black Rod) a la Cámara de los Comunes para que a su vez éste pueda invitar a los diputados a escuchar el discurso de la Reina quien, como anteriormente dijimos, tiene prohibida la entrada en la Cámara de los Comunes.
En el momento en que el emisario se acerca a la puerta de la Cámara de los Comunes es recibido con un portazo en los morros, debiendo tocar la puerta tres veces con un bastón en señal de paz para que ésta se vuelva a abrir y poder cumplir así su cometido.
Si tenéis curiosidad podéis ver un video de la apertura del año parlamentario del año 2013 AQUI . Y si lo que os apetece es ver parte del interior del Parlamento de forma libre y gratuita, que sepáis que existe la opción de asistir a alguna de sus sesiones.
Guirileando :)
Después de rodear el edificio del Parlamento toca "hacer un poco el guiri" y acercarse a Westminster Bridge (Puente de Westminster) (13). Es sin duda el lugar de Londres con más españoles por metro cuadrado pero también uno de los sitios con mejores vistas de las Casas del Parlamento y de la Torre de Isabel (más conocida como Big Ben en alusión a su gran campana).
Llegados a este punto del recorrido a nosotros ya nos había dado la hora de comer y la verdad es que ese día no acertamos con el sitio, pero días después descubrimos una opción que en mi opinión no está nada mal. Se trata de St. Stephen´s Tavern, un pub situado justo en frente del Big Ben, con una decoración muy "british", buen ambiente y una comida que, aunque no está muy allá, no es peor que la que puedes encontrar en cualquier otro pub inglés. El precio no está mal para tratarse de Londres y sobretodo pilla de fábula para seguir disfrutando de la ciudad.
Si lo que tenéis es ganas de realizar más fotos panorámicas y no sufrís de vértigo (o escasez de efectivo), desde esta zona también es posible coger un hot dog y acercarse a la gran noria del London Eye; una experiencia que nosotros nos hemos reservado para la próxima ocasión al igual que nuestros comentarios sobre la National Gallery, el Soho, Chinatown y Piccadilly Circus que serán publicados sin falta en próximas entregas ;)
Hasta entonces pequeños lectores disfrutad de la vida y sobretodo tened muy presente que... viajar es la única cosa que compras y que te hace más rico. Hasta pronto soñadores!